Hagámonos una pregunta. Si la crisis le deja ir de
vacaciones y ante un mismo coste del viaje. ¿Elegiría usted un destino
sostenible o, por el contrario, le daría igual cómo gestionan el agua, los
residuos, el transporte o el ruido, por poner algunos ejemplos?
Es claro que la población mundial tiende más a fijarse en
cosas que antes nos pasaban desapercibidas. Encontrar carteles en el baño del
hotel concienciándonos en el ahorro de agua o el cuidado de las toallas ha
pasado de ser considerado algo cutre y que invitaba a pensar que la cuestión
económica no era de lo mejorcito en el establecimiento en cuestión, a un
indicativo de sostenibilidad y que otorga grandes valores al hotel.
De ahí que debamos valorar como se merece el esfuerzo que
se está haciendo para colocar a la isla en el mapa de los Destinos Sostenibles
del mundo que, dicho sea de paso, hay muy poquitos. Si lo conseguimos habremos
dado un gran paso en la imagen exterior y un salto de gigante en nuestra propia
supervivencia.