lunes, 24 de julio de 2006

El peor Cabildo de la historia


Coincidíamos un amigo y yo el otro día: la actual es, con diferencia, la peor corporación que ha tenido el Cabildo en su etapa democrática post franquismo. Del 75 para acá. Y miren que ha habido corporaciones. Y miren que ha pasado cada cual que ya nos vale. Pero nunca como este último año. La legislatura presidida por Nicolás de Páiz (1987-1991) fue la última hasta la fecha en la que terminó de Presidente la misma persona que ganó las elecciones. Y fue, con diferencia, el cuatrienio en el que se proyectaron, se ejecutaron y se terminaron más obras. Cierto es que no existía por entonces la figura de la moción de censura aplicable a los cabildos y que De Páiz acabó cogido con pinzas al sillón presidencial. Pero fue una legislatura honesta, límpia de polvo y paja populista y donde, por última vez en la Primera Corporación de la isla, se trabajó para el pueblo. Recuerdo una máxima de Don Nicolás, despreocupado de vender el producto en los entonces escasos medios de comunicación existentes en la isla: “el pueblo no es tonto”. Pues lo fuimos. Y lo seguimos siendo, según se ha visto repetidamente desde el 91 y hasta hoy.

Huérfanos de obras y ricos en polémicas. Eso es lo que, institucionalmente, hemos sido desde los inicios de la última década del siglo pasado hasta ahora. Nuestra única herencia de entonces (el PIOT) la hemos mal desarrollado (¿dónde está el suelo ganadero?), maltratado y está por ver en qué termina. De momento tres años tirados a la basura, incapaces de desclasificar las 26.000 camas. Y un año por delante para tirarlo a la basura también. A qué sino tanta discusión sobre el famoso PTE. ¿A quien obedecen en el Cabildo actual?

Es este un Grupo de Gobierno que llega tarde, o no llega, a la hora de presentar informes medioambientales. Que titubea constantemente en los mensajes que lanza a los ciudadanos. Que se ha mostrado incapaz de corregir errores del pasado (las becas se han vuelto a pagar una vez terminado el curso). Que ha dimitido en Pesca. Que no se ha presentado en Agricultura. Que lo mismo pide la Autonomía para el Puerto de Arrecife y, cuando nos damos la vuelta, la niegan en corporaciones suprainsulares. Que se ríe del Pleno, otrora sagrado, dejándolo vacío de gobernantes. Con dos partidos que se supone íntegros dando aliento y cobijo a un grupo de tránsfugas. Ellos los llaman de otra manera, pero sólo hasta que llegue la campaña electoral. Una campaña electoral que, por cierto, ya ha visitado el Cabildo, con un vicepresidente poniendo a parir al partido del otro vicepresidente y viceversa.

Un Cabildo con Gabinete de Prensa sólo al servicio del Grupo de Gobierno, con un profesional para cada partido (o sea tres), con otro en el Patronato de Turismo, (y van cuatro), con Cultura viviendo al margen (y va son cinco), más de lo mismo en Centros Turísticos (seis gabinetes de prensa ya) y también en Política Territorial. Siete aparatos de comunicación distintos formados por excelentes profesionales que trabajan lo mejor que pueden y saben en medio de tanto desbarajuste.

Una Institución que nos representa a todos que ha insultado a la Fundación César Manrique, que ataca sin rubor a la patronal alojativa, que acaba de arremeter contra Adena. Un Cabildo, en definitiva, irreconocible como auténtico Gobierno y muy lejos, lejísimos, de lo que debe ser. Con unos políticos tan desapegados de la realidad que han perdido por el camino de “por el bien del pueblo y la estabilidad de las instituciones” cualquier conexión con la vergüenza que se nos supone a todos. Verán, sino, como dentro de poco se inaugura como una gran obra y con toda la pompa y el boato del que son capaces la segunda fase de la Casa Cabildo.  Será el punto más alto al que habrán llegado ellos y el más bajo al que habrá caído la institución en esta legislatura. Yo, de ellos, no lo inauguraba. La memoria de los casi centenarios Cabildos no lo merece.

lunes, 17 de julio de 2006

El morro de Miguel


Se destapó. Le pide al PTE Melchor, Gaspar o Baltasar, un campo de golf.  Miguel Martín quiere que San Bartolomé tenga también sus verdes tapes y sus dieciocho hoyos. Faltaría más. Y lo quiere en un lugar comprendido entre la trasera de la zona industrial y la carretera que conduce a Güime. Un terreno inútil, se señala desde el grupo de gobierno del ayuntamiento. Y si ellos dicen que una cosa es inútil, créanlos. Son expertos. Sobre la cuestión hay mucho que hablar. Parece que el origen de la penúltima tontería salida de los ilustrísimos cerebros que nos gobiernan (es un decir) tiene su origen en la aviación. Me explico: cuando los grandes aviones despegan en dirección Playa Honda, deben hacerlo a mitad de carga puesto que pronto se tropiezan con el llamado Morro de Güime y , por seguridad, la reglamentación no les permite hacerlo al máximo de su capacidad.  Si ese morro desapareciera los aviones podrían ir a tope de combustible y así no tendrían que hacer escala en la península para dirigirse a países de muy lejos. Vale. Pues quitamos el muro, le hacemos un favor a la aviación y nos queda el terrenito llano para un campo de golf. Todo planeado.
            O casi todo porque, sin ser experto en la materia golfística. ¿Vendría alguien a jugar a un campo así? Yo les calculo (a los amantes del golf) un cierto gusto, llámale refinamiento o glamour. Polos de Ralph Laurent, pantalones de Hugo Boss, Rolex en la muñeca y Cartier para que el sol no dañe los ojos. ¿Y a estos los quieres meter en la trasera de una zona industrial? Virgen santísima. Tráete turismo de calidad para terminar mezclandolos entre aceites, coches abandonados y naves de Coca-Cola tirada por el piso. Con la Bandera Verde sostenible, eso sí.
            Pero hay más. Por deducción (insisto en que de Golf, ni la mínima) para meter la bolita en el agujero se requiere precisión y, por tanto, concentración. Ya veo el letrero: “Campo de Golf ‘El Morro de Miguel’: cerrado Jueves y Domingos por insistente despegar de aviones”. Porque, claro, ¿a ver quien es el guapo que se concentra con los dichosos avioncitos tocándote los hoyos cada dos por tres? ¡¡¡Grossen fastidien!!!
            Pero es lo que hay. Unos pidiéndose autódromos en lugares frágiles, otros campos de golf en zonas industriales….La apertura del debate de la llamada Oferta Complementaria de Ocio -concurso de ocurrencias, que diría Carlos Espino- tiene estas cosas. A ver quién la dice más gorda. Pueden ustedes votar. Concretamente el 27 de mayo próximo.

martes, 11 de julio de 2006

El circuito de Suso


Ya está sobre la mesa. Hacía mucho tiempo que el alcalde de Tinajo, Jesús Machín (Suso de toda la vida), tenía en mente tratar de convencer a los dirigentes insulares para que se construyera un circuito permanente de automovilismo en la isla. Al estilo del de Telde, en Gran Canaria, donde durante varios años se ha realizado la llamada Carrera de Campeones. Pero tenía miedo a la reacción de la ciudadanía. Suso, por el contrario, está seguro de contar con el favor de los aficionados a los rallys que en Lanzarote, efectivamente, son multitud. En realidad ahora dudo si son aficionados al deporte o a cogerse unas trancas del quince mientras ven coches guapos. Pero bueno, a lo que iba: Machín le teme a la reacción ciudadana y a los ecologistas. Y por ello este asunto ha estado más o menos tapado durante largo tiempo. Por ampliar: en algún cajón ilustre del Cabildo hay un proyecto o anteproyecto de la tal cosa.
            Los detalles: resulta que Suso Machín, que además de Alcalde como todo el mundo sabe es piloto de rallys, quiere que sea en su municipio donde se construya el circuito. Nos trata de convencer, no sólo con los aficionados –quiere reunir 20.000 firmas, y las reunirá- sino con el cuento este que de último nos trata de vender el Cabildo y que se llama Oferta de Ocio Complementario (cuyas principales actuaciones que sugieren los alcaldes, dicho sea de paso, son ajenas al PTE, pero bueno….). Yo veo más lo primero que lo segundo. Imagino más conejeros brincando en las gradas del hipotético circuito que a la Hapag Lloyd fletando vuelos de finlandeses que quieren visitar la isla atraídos por el autódromo. Y una cuestión no menor. Suso Machín no sólo quiere que el circuito sea en Tinajo sino que propone que lo hagan en unos terrenillos que se ha comprado en la falda del volcán Timbayba. Que lo fía y que el Cabildo se lo pague en quince años o por ahí. Feo, feo.
            Yo, qué quieren que les diga, no veo mal un circuito permanente en la isla. En efecto, los rallys mueven legión de fanáticos (tan apasionados en los tramos como muchos de ellos peligrosos en los desplazamientos de antes y de después del rally, pero esa es otra historia). No sólo podría albergar acontecimientos automovilísticos de variada índole, sino actuar como recinto para escuelas de conducción –no confundir con autoescuelas-, desahogo de los quadstreros que hoy día campan a sus anchas por esos caminos de Dios (y en los que el Seprona no debe tener permiso para entrar, por lo visto), e incluso como banco de pruebas de accesorios, ruedas, motores, y demás.
            Sin embargo no acabo de ver el lugar donde se propone y, fundamentalmente, el modo de desarrollar la idea. Que un alcalde se compre una parcelita en plan rústico y tal y que el Gobierno le haga allí un circuito permanente con todo lo que lleva aparejado es como para añadir otro miedo: Suso Machín ya no debería temer sólo a la reacción de los ciudadanos o a las organizaciones ecologistas, es que también le debería tener pánico a lo que dijera la  Fiscalía Anticorrupción. Mejor, si lo hacemos, que lo hagamos en otro sitio y con otras formas.