domingo, 28 de junio de 2009

El nuevo PP


El nuevo Partido Popular de Lanzarote, el que encabezan Astrid Pérez y José Pablo Lemes, cumple siete meses. Un tiempo que han sobrellevado en continua reválida conscientes de que no fueron los elegidos del poder, sino de las bases. Una especie de rara avis en un partido donde se ve como natural que el de arriba nombre al de abajo. El reciente triunfo en las elecciones europeas les ha diplomado. La licenciatura, si llega, será en 2011.
            Astrid y José Pablo tienen ante sí un importante reto. Llevar al PP a posiciones de gobierno. Algo insólito para esta formación política en la isla, más allá de aquella anécdota protagonizada por Francisco Cabrera en la pasada legislatura. Si les dejan trabajar, y si no pierden de vista lo que la gente espera de ellos, quizá hasta lo consigan. Antes, sin embargo, deben romper definitivamente los lazos que les unen al pasado.
Ellos, mejor que nadie, saben cuáles son y dónde están. La actual coyuntura política en Lanzarote les ha colocado en el mapa. Bien es cierto que hay que saber moverse por él. Deben huir del gobierno por el gobierno a cualquier precio y con cualquier pacto, han de saber comunicar la diferencia que existe entre la savia nueva del PP, la guardia pretoriana de Soria en Lanzarote y los estilos históricos de hacer política en la isla cuya estación de llegada ha sido el Juzgado número 5.
Astrid y José Pablo, jóvenes, preparados y honestos, deben encabezar un partido que en nada ha de parecerse al que acaba de ser condenado por los tribunales de Justicia por pisotear la Ley estirando más allá de lo permitido aquella gestora de triste recuerdo. Ambos deben capitanear una formación donde no deben tener cabida tipos como Roger Deign, que escupe a los Derechos Humanos y hace del PP la caricatura del partido rancio y facholiento.
Frente a lo que hay, se espera la llegada del Partido Popular. Pero…

jueves, 4 de junio de 2009

Con el paso cambiado


Puede llegar a entenderse por la inmensa conmoción que ha provocado la llamada “Operación Unión”, pero no debiera ser así. Los partidos políticos históricos, y los menos longevos, deben tener claro, y siempre a mano, su propio código ético. Sus estatutos, reglamento o llámese como sea al papel que deja clarito cómo actuar en casos como el que nos ocupa. Sin embargo da la sensación que, atónitos y medio aturdidos por el bofetón de la Justicia, los partidos no atinan a actuar como les indica el régimen interno, sino que hacen de la improvisación esa especie de pretendido callejón de huida de la atención que está prestando la opinión pública. Les ha pillado todo esto con el paso cambiado.
            Fíjense, sino, en el episodio que vive el Partido Socialista. La Guardia Civil detiene a dos concejales de su socio de Gobierno y la agenda la marca la Campaña Electoral y el debate de López Aguilar con Mayor Oreja. ¿El resultado? Todo el PIL de Arrecife a la calle. Es el PSOE el que señala con el dedo dónde está el problema. No en una o dos personas, ni siquiera en todo un partido, sino en un grupo concreto de un sitio determinado. Hilan fino.
            Transcurren los días y se sabe de la imputación de uno de los suyos, el consejero de Cultura del Cabildo, Rubén Placeres. El joven político, aparentemente sin que nadie le diga nada, deja el cargo y pide la baja del Partido. Todo el PSC le elogia. Su Secretario de Comunicación llega a decir que es un “buen socialista” y una “magnífica persona”. A esa hora hay insistentes rumores de que otro de los suyos ha pasado por el cuartelillo de la Guardia Civil. Y no es uno cualquiera. Nada menos que el alcalde de Arrecife, Enrique Pérez Parrilla. Un histórico. No tarda en confirmarse que está imputado, como Placeres.
            Nervios en el PSC. Olvidan dónde han metido los dichosos reglamentos internos y optan por el aserejé. La presidenta del Cabildo, Manuela Armas, no pide la dimisión de Pérez Parrilla sino la “des-dimisión” de Rubén Placeres. Estupor. ¿Y aquello del “buen socialista” y la “magnífica persona”? La siguiente medida es decretar el silencio, que visto lo visto no es poca cosa…si no fuere porque precisamente, por quedarse mudito, es por lo que acabaron echando al PIL de cualquier gobierno. 

lunes, 1 de junio de 2009

¿En qué quedamos?

Los socialistas de Teguise están más que quemados con los comportamientos del grupo de Gobierno del consistorio de la Muy Real y Señorial Villa. Tanto que esta pasada semana no pudieron aguantar más y llamaron tránsfuga del PIL al alcalde, Juan Pedro Hernández. Semejantes afirmaciones no podían sino obligarnos a mirar hacia el Cabildo y el ayuntamiento de Arrecife donde el Partido Socialista está gobernando con compañeros que fueron y son de Juan Pedro. ¿Estará gobernando el PSC de Lanzarote con tránsfugas a sabiendas del Pacto Anti-Transfuguismo que se firmó en Canarias, que luego se firmó en Madrid y que recientemente se ha modificado para hacerlo todavía más duro? Pero parece que no. Que si son coleguillas de grupo de gobierno no son tránsfugas. Así que el socialista es otro de esos dobles discursos a los que nos tienen acostumbrados los políticos y que tanta credibilidad les hacen perder.