viernes, 17 de octubre de 2014

Las frases del primer Juicio del Caso Unión

FOTO: Adriel Perdomo. PUBLICADA EN: diariodelanzarote.com


“Yo sólo soy una maestra de Primaria, de niño pequeños” (Plácida Guerra, PIL, varios años al frente de la poderosa Inalsa)

“Todos los concejales del PIL sabíamos que Batllori no hizo ningún trabajo para Arrecife” (José Miguel Rodríguez, PIL, ex  concejal de Hacienda en el Ayuntamiento de Arrecife)

“Mírame lo de Batllori porque o le pego dos tiros, o me los pega él a mi” (Dimas Martín a José Miguel Rodríguez, según una grabación de la UCO)

“El Juzgado de Instrucción, en este procedimiento, no es un modelo a seguir” (Emilio Moya, presidente de la sección sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas y presidente de la Sala)

“Cuando me arrepentí, colaboré en todo lo que pude” (José Miguel Rodríguez,PIL, ex Concejal de Hacienda en Arrecife)

“Como mujer me era incómodo sentarme con Barreto” (Plácida Guerra, PIL, ex Consejera Delegada de Inalsa en referencia a Andrés Barreto, representante del Comité de Empresa)

“¿Los Policías Locales deben llevar guantes?” (Luisa Blanco, PIL, según parece, le habría preguntado a Batllori y se esgrime como prueba para demostrar el asesoramiento)

“Pagué siguiendo instrucciones de Dimas” (José Miguel Rodríguez, PIL, ex concejal de Hacienda en Arrecife)

“Dimas nunca me llamó ni me dijo que contratara a nadie” (Luisa Blanco, PIL, ex concejal de Recursos Humanos de Arrecife)

jueves, 16 de octubre de 2014

Cita con el 18 de octubre


Sigue habiendo muchos motivos para acudir a la manifestación convocada para este sábado, 18 de octubre, por el Movimiento Ciudadano Canario contra las Prospecciones Petrolíferas. En realidad hay los mismos motivos que nos han movido hasta ahora, más uno nuevo: el que genera la lucha titánica del Partido Popular y del Gobierno español para evitar que los ciudadanos opinemos. Que seamos libres de decidir qué queremos o qué rechazamos. Lo que viene siendo un miedo atroz a escuchar y un escaso respeto al pueblo. Porque en Lanzarote, La Graciosa y Fuerteventura en particular y Canarias en general seguimos bajo la amenaza del petróleo. 
El medio marino que tanto nos enorgullece, que nos distingue a nivel mundial por ser único por su biodiversidad y por constituir el particular paraíso de zifios y otros cetáceos en estas latitudes, está claramente en riesgo desde el momento en que vengan a hurgar como tienen previsto hacerlo los taladradores del lecho marino.
El abastecimiento de agua dejaría de estar garantizado ante la más mínima posibilidad de marea negra en nuestro litoral. Y, naturalmente, nuestra única industria, el turismo, pasaría ampliamente de viajar a un destino con piche en lugar de arena y pringue donde antes hubo playa.
Es motivo también de manifestación la cortedad de miras del Gobierno de España que centra sus esfuerzos en apoyar fanáticamente a los señores del petróleo desoyendo los recursos naturales que convertirían estas islas en potencia mundial de las energías limpias. Ni un esfuerzo en eólicas, fotovoltáicas, mareomotrices o geotérmicas y lo que haga falta para engrasar la puerta giratoria.
Los ciudadanos no olvidamos, tampoco, las muchas mentiras que han tratado de colarnos desde el minuto uno. Trolas que se han ido desmontando hasta provocar que el único discurso que les queda al PP y al Gobierno español es el de la compatibilidad entre turismo y petróleo. Atrás han quedado los miles de puestos de trabajo, el riesgo cero o el abaratamiento del combustible. Y si hilamos fino, atrás queda también el binomio turismo/petróleo. Es seguro que unas plataformas ahí enfrente no provocarían la llegada de más turistas y es más probable que ocurra lo contrario: que los haya que prefieran no venir.
Bien pues a todas estas razones, y otras que por no cansar no cito, añadimos ahora una más: la de la indignación hacia un Gobierno (y un partido, el PP) que no nos tiene ningún respeto. Ya lo demuestra cuando desoye el clamor ciudadano contra el petróleo y lo multiplica por mucho cuando pone a trabajar todos los resortes del Estado para prohibirnos siquiera opinar. Nos quiere muditos y con el culo en pompa.
Hemos de volver a demostrarles que seguimos en la lucha. Como lo hemos hecho ya tantas veces. Y cuando verdaderamente nos dejen opinar, que será en las urnas, les hemos de devolver con intereses tanto desprecio.
Nos vemos el sábado.