jueves, 21 de octubre de 2010

De repente no son todos iguales


Llevo muchos años lidiando con políticos. Tantos que, como le sucede a la mayoría de los ciudadanos, he acabado por banalizar esa profesión, que no vocación. Tantos que he acabado por perder la fe en la inmensa mayoría de ellos. No puede ser de otra manera cuando te tropiezas con tipos que un día abandonan la escuela donde ejercen, descubren el bon vivant del sueldazo y las prebendas sin dar golpe (o lo que el resto de los mortales conocemos como “golpe”) y más nunca regresan a las aulas. Nos quieren hacer creer que la vocación les dura veinte años.

Pero este miércoles he recobrado un poquito la fe. Este miércoles ha sido un día muy intenso. No les puedo contar mucho, de momento, pero he sido testigo de la angustia de unas gentes sacrificadas y expuestas a riesgos por mor de unas políticas absolutamente irresponsables. Y al tiempo he notado la ansiedad del cargo público competente en resolver el problema y una respuesta veloz (veremos en un futuro inmediato si también efectiva).

Les cuento: en un concreto servicio tutelado por el Cabildo de Lanzarote están ocurriendo cosas muy graves. Vienen sucediendo desde hace ya mucho tiempo. En los últimos días, incluso, se ha rozado la tragedia. No digo más. Hasta ahora la respuesta de la Administración insular había sido nula. O se lanzaban evasivas y se pasaba la pelota a la subcontrata o se aplicaba un exceso de mal entendida diplomacia que evitaba llegar hasta el Consejero responsable. Y el escándalo ha estado a punto de desatarse de una manera más que estruendosa.

Quien tiene la llave para resolver la problemática es Marci Acuña, que este miércoles se encontraba en Tenerife. A las cinco de la tarde conoce la situación límite, narrada por vía telefónica por quien esto firma. Inmediatamente adopta una solución de choque mientras se estudia la manera de resolver la cuestión de fondo. Sin embargo esto no calma los ánimos de quienes están dispuestos a todo con tal de que alguien les escuche. Llevan muchos meses de zozobra y topándose con el infranqueable muro del Cabildo.

Marci Acuña, a quien se le nota cierta tensión en su voz por una situaciónmuy delicada, atiende al móvil a una de las personas que pide ayuda. Y promete atenderle con prontitud. ¿Un día? ¿Una semana? ¿Qué pida cita a su secretaria?....Nada más lejos de la realidad. Ese miércoles, Marci Acuña vuela a última hora de la tarde de Tenerife a Gran Canaria y a las diez de la noche coge un vuelo hacia Lanzarote. Cita a las personas que quieren verlo a las diez y media de la noche en la terminal de llegadas de la T2. Esa gente ha conseguido en una sola tarde mucho más de lo logrado en varios meses de reclamaciones al Cabildo. Quizá tenga razón aquel que dice que no todos los políticos son iguales. Esperemos un tiempito.

domingo, 25 de julio de 2010

Aquellos insólitos manjares


Playa Blanca ya debiera tener una biblioteca repleta de volúmenes en castellano, sí, pero también en inglés, alemán, francés e incluso en las lenguas más relevantes del continente africano. La carencia de esa instalación en un lugar de tanta relevancia poblacional, residente y turística, es directamente proporcional al nivel cultural de sus gobernantes en los últimos veinte años. Y nótese que algunos ha habido con estudios y todo. Pero eso no basta ni es indicativo de la calidad intelectual del individuo. Así que a punto de concluir la primera década del siglo XXI, Playa Blanca no tiene un lugar donde habiten los libros y se mezclen con ellos quienes les profesen veneración o, simplemente, aquellos que precisen de un lugar adecuado en el que recogerse a estudiar o evadirse.

Mis primeros recuerdos con esos guardianes de personajes inventados o no, paisajes imposibles o reales y aventuras que fueron o que se soñaron que habían sido, van de la mano de dos familias, Los Hollister y Los cinco. Jerry West (en realidad Andrew E. Svenson) y Enid Blyton, fueron quienes me enseñaron a amar los libros. Me fascinaba saber qué les ocurría en la siguiente página a mis nuevos amigos, llamados Pete, Pam, Ricky, Holly, Sue, Ana, Dick, Julián, Jorge (que era una niña), e incluso a Tim, Zip o Morro Blanco, canes los dos primeros, felino el tercero.

Pasadizos secretos, casas encantadas, islas de tesoros multicolores…..todos los días había cosas que hacer. Cada momento con el libro era un largo viaje en compañía de esos héroes. El momento de cerrarlo, una invitación a volver a abrirlo, y  cuanto antes mejor. Los cinco eran seis conmigo, y a Los Hollister les salió un amigo catalán incapaz de asimilar aquellas meriendas pantagruélicas llenas de emparedados de manteca de cacahuete, pasteles de jenjibre, sirope de arce, tarta de arándanos y un sinfín más de manjares insólitos para los niños que fuimos cuando Franco agonizaba.

Luego, tras la última hoja de las aventuras de estos avispadillos, me esperaba Verne, y Salgari y Stevenson, y luego Defoe y Kipling, más tarde Cervantes y Shakespeare, y Delibes y Salinger y Saint Exúpery y, cuando se pudo, Espriu y Martí i Pol, y Plà,  y Rodoreda, mezclados con Joyce, Wilde y centenares más que construyeron maravillosos puentes hacia Gabo, Torrente Ballester, Vargas Llosa y de ahí a Zafón, Navarro, Boyne….  hasta convertirme en un auténtico adicto a los libros. Un ser irrecuperable que, seguramente, pasaría muy mal el síndrome de abstinencia literaria en Playa Blanca.

Pero eso, me cuenta mi amigo Domingo Travieso, será historia en muy poco tiempo. La voluntad popular escribirá el guión del libro que debieron redactar los dirigentes municipales o insulares, y muy pronto los niños de hoy, que ya saben de aquellos insólitos manjares, y los no tan niños que quieran, podrán cruzar el dintel de un sitio donde diga “Biblioteca de Playa Blanca”.  Final feliz, como en casi todos los libros.

domingo, 13 de junio de 2010

Empresarios en peligro

El próximo lunes, según parece, se constituye el plenario de la Cámara de Comercio de Lanzarote. Será el inicio del segundo mandato desde que se creara en abril de 2006. En sus cuatro primeros años de vida, y bajo la presidencia de Eduardo Spínola, la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Lanzarote se ha hecho un más que digno hueco entre las organizaciones más relevantes del Archipiélago. Todo pese a contar con una dura resistencia procedente de los centros de poder político y económico de las islas capitalinas y, por qué no decirlo, de alguno de sus miembros a nivel interno.
            Hace cuatro años el empresariado llegó dividido a la cita. A los promotores de la independencia de la Cámara les salió la feroz competencia de quienes representaban la acomodada patronal, de un lado, y el sector ladrillo turístico, de otro. La pelea fue a programazo límpio. Propuestas, ideas, iniciativas, sugerencias, promesas….el empresariado decidió libremente y ganaron los que venían currándoselo desde mucho tiempo atrás.
            Ahora ha sido todo distinto. Sólo ha habido elecciones en un epígrafe. El resto se ha presentado como el fruto de una ficticia unidad. Lo que se ha vendido como la unión del empresariado, no ha sido sino una dejación de funciones de los dirigentes de las distintas patronales quienes se han dejado embaucar por un personaje en exceso ocioso y con aspiraciones tan altas como limitadas sus capacidades. Otro exponente de la todavía no finiquitada era del mediocrismo insular.
            La Cámara de Comercio de Lanzarote es responsabilidad en exceso alta para José Torres, Pepote. Los empresarios deben saberlo. Aquellos a los que Pepote embaucó adivinen ustedes con qué artes (porque el programa ni se conoce) y aquellos otros que no tenían ni idea de la que se estaba urdiendo casi en secreto. A hurtadillas, para que los gatos no sospecharan que había dos o tres ratones sueltos.
            Con Pepote manejando los presupuestos de todos los empresarios y autónomos de la isla, la Cámara se desinflará como un globo picado. Justo lo que quieren desde la arena política y empresarial de Gran Canaria y Tenerife. Yeso es una muy mala noticia para Lanzarote. Una isla tremendamente débil desde el punto de vista político, que no pinta nada en el panorama archipielágico y, ahora además, con un poder empresarial desactivado.

            Porque a las limitaciones que se sospechan del aspirante a presidente, debemos unir sus fuertes vínculos con el (o los) gobiernos. Al punto de que buena parte del volumen de negocios de sus empresas, aseguran miembros del sector,  depende de las administraciones públicas. Naturalmente nadie esperará que con un presidente de estas características, Lanzarote tenga una Cámara de Comercio de fuerte personalidad y de férreo perfil reivindicativo, como la que ha presidido Spínola los últimos cuatro años. Más bien todo lo contrario. un ente plano, aborregado y absolutamente entregado a los brazos de mandamases chicharreros y canariones. Están a tiempo de impedir que esto sea así.

martes, 27 de abril de 2010

Es ahora o nunca

Es ahora o nunca. O salimos ahora a la calle y escupimos con fuerza lo que llevamos dentro desde hace ya mucho tiempo, o no saldremos nunca. Los funcionarios de la Unidad Central Operativa (UCO), y de último también los del Equipo contra el Crimen Organizado (ECO), en ambos casos adscritos a la Guardia Civil, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Arrecife y la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo nos están dejando el camino expedito para que hagamos de las calles el territorio de la reivindicación ciudadana contra la corrupción
            Este viernes, a las cinco de la tarde y frente al Cabildo nuevo, se está organizando una concentración a través de esas células de resistencia modernas que constituyen personas que pululan por las redes sociales. Y hay que estar allí. Hay que ir. Sí o sí. Contra la corrupción. Contra los corruptos. Y a favor de una nueva forma de hacer política. Con honestidad. Con limpieza. Con la voluntad de servir al ciudadano. No de enriquecerse a costa de las miserias de una isla que pudo ser próspera.
            Hay que ir para que estos tipejos, y estas tipejas, que nos han estado robando durante tanto tiempo, vean que los del otro lado son más. Muchos más. Que sientan el aliento del pueblo en sus cogotes. Que noten los ojos de la gente sana pegados a su nuca. Que vean en cada papel que toquen la huella de un conejero honrado acechándoles. A por ellos. Es ahora o nunca.
            Todos a la calle el viernes. A las cinco. Botemos con rabia lo que nos reconcome las entrañas. A los pies de esa obra faraónica que para su propia comodidad hicieron y que llaman Casa Cabildo. Al lado de un Recinto Ferial que no tenemos, junto a un Parque Temático que ni nombre le hemos puesto porque estamos huérfanos de referentes. Pegaditos a eso que nos dicen que es un intercambiador de guaguas y que no pasaría de ser una escultura graciosa en cualquier rotonda de Santa Cruz de Tenerife….Gritemos. Ahora o nunca.
            Hagámoslo por nosotros, por nuestra propia dignidad. O por nuestros hijos, para que vivan en una isla no contaminada. Hagámoslo por no pasar nunca más la vergüenza de tener representantes ciudadanos, nuestros representantes, en los calabozos del cuartelillo. Hagámoslo incluso, si me apuran, como homenaje popular al Juez, al Fiscal y a los currantes de chaleco y pasamontañas. Hagámoslo para que todo el mundo se entere de que Lanzarote es otra cosa. Provoquemos, con nuestra presencia, que al día siguiente se hable de una isla cuyos ciudadanos quieren tomar el mando de las cosas ante tanta podredumbre e indignidad.
            Es el viernes a las cinco en el Cabildo nuevo. Es ahora o nunca.

jueves, 25 de marzo de 2010

El cartel de Pepote


perdón. Quise decir “El cartel del Palacio de Congresos”, no sé bien por qué me salió lo de Pepote. ¿Quién será Pepote? Venga, a lo mío. Resulta que muy en la línea del surrealismo político conejero, en Lanzarote tenemos cartel del Palacio de Congresos pero no tenemos Palacio de Congresos. Ni lo tendremos a corto plazo porque la Consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, Rita Martín se ha gastado las perras en otra cosa, a pesar de reconocer que el Palacio de Congresos de Lanzarote es prioritario. El destino de los euros del edificio nonato van entre otros sitios,  al futuro Parque del Mediterráneo de Playa Blanca y al Jablillo de Costa Teguise, dijo el otro día.
            Así que ya podemos ir quitando el mentiroso cartel. Por cierto, ¿qué hace ahí ese cartel? ¿es un anuncio anticipado, muy, muy anticipado de una obra que ni siquiera tiene el encargo hecho a los arquitectos? ¿es un modo de presionar al Gobierno de Canarias para que cuando alguno de sus miembros pase por ahí le piten los oídos? ¿es otra muestra del Lanzarote de cartón piedra que tan bien nos sale antes de las elecciones? ¿es la ocurrencia de algún ocioso?
            Ese cartel mentiroso lo puso el gobierno socialista en el ayuntamiento de Arrecife, desmintiendo así la inactividad achacada al grupo de Pérez Parrilla. Cuenta la leyenda urbana que fue idea de un empresario muy pelota del PP y al que le gusta moverse como ratoncito de bolsillo en bolsillo de los ternos Hugo Boss  y de compartimento en compartimento de los bolsos Louis Vuitton, que visten y portan los  medianeros del Gobierno de Canarias.
            Claro, el empresario aportó la idea, el ayuntamiento la encargó, alguien la ejecutó y luego no encontrábamos quien lo pagara. Muy a lo Dimas, por lo que se ve. Si bien, y por una vez, el omnipresente no tuvo nada que ver. Cuentan que cuando el empresario pelota llamó orgulloso y contento de su obra a la consejera de Turismo del Gobierno de Canarias para que apoquinara los mil y pico eurillos que costó la ocurrencia, alguien le dijo que sí, que esperara sentado y que para otra vez no fuese tan enterao.
            Y ahí está: ese cartel en plena entrada de la Capital de la isla engañando a propios y turistas. “Señoras y señores, hete aquí el Palacio de Congresos, orgullo de una ciudad que sabe hacer las cosas bien, que lo mismo abre una vaca en canal y la asa en plan medieval a las puertas de una Universidad, que deja morir un parque recién hecho o monta una cumbre al más alto nivel para que la grúa no se lleve el coche de una concejal mimosa y malcriada”.
            ¿Y Pepote? ¿Quién coño es Pepote?

Dos ideas para el ahorro


Los responsables del Gobierno de Canarias andan llorando por las descascarilladas esquinas de esta Comunidad por el dinero que no tienen. Son como cualquier familia que ve acercarse el fin de mes con muchos agujeros que tapar y los euros que no les alcanzan, pero a lo bestia. Gobiernan un lugar con la tasa de paro más alta de toda España, con ciudadanos insuficientemente preparados desde un punto de vista formativo y con deficientes infraestructuras en muchas de las islas. En aquellas que dispongan de infraestructuras, claro. Excluyo a Lanzarote donde ni las hay y apenas se las espera.
Antes se seguir quizá convenga dejar claro que no soy experto en economía, ni macro ni micro. Apenas manejo la propia, donde dicho sea de paso no hay demasiado que manejar. Aún así me voy a atrever a darle un par de ideas a los atribulados Rivero y Soria, presidente y vicepresidente de esta deprimida Región, Nacionalidad o País (táchese lo que no proceda). Son cuestiones de sentido común, aparentemente sencillas de ejecutar y que, seguro, nos ahorraría una pasta interesante.
La primera de ellas, ya la he expuesto alguna vez, sería eliminar esta absurda doble administración que padece y soporta el Archipiélago. Esto de tener sede, inmuebles, muebles y personal en Gran Canaria y lo mismo en Tenerife, o al revés, para todas y cada una de las Consejerías de este Gobierno de Canarias tan quejica en lo económico. Una sede en la isla que se elija, y punto. Desde cualquier otro sitio que no sea una isla capitalina se contempla con estupor los esfuerzos que se pierden por mantener el exquisito equilibrio interinsular (intergrancanariatenerife, se entiende) y nos la reflanfinfla, con perdón, en qué peñasco esté la Consejería de Papeleo o la Viceconsejería de Bloques del 20.
La segunda idea tiene que ver con el despiporre presupuestario de la Consejería de Educación que sigue y no para pagándole el sueldo a maestros y maestras, profesores y profesoras, que no ejercen como tales sino que se dedican a ser concejales de pueblo o de ciudad o consejeros de cabildos. Sugiero que el docente que elija la comodidad del cargo político al coñazo de las aulas (así tal parece pues el docente que da el salto a la política luego le cuesta Dios y ayuda volver a la tiza) no reciba su sueldo con cargo a la Consejería de Educación, sino que le pague la corporación en la que ejerza. Y el dinero de Educación, a mejorar los colegios, los institutos y la calidad educativa que recibe el alumno.
Con estas dos sencillas acciones, el Gobierno de Canarias evitaría que millones de euros, cada año,  se fueran por el sumidero. Porque eso es tirar el dinero. Directamente ti-rar-lo. Y en un lugar con muchísimas familias pasándolo verdaderamente mal, eso es una ordinariez, una aberración y, para los creyentes, hasta pecado.

domingo, 14 de marzo de 2010

Cámara independiente


El presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de la isla de Lanzarote, Eduardo Spínola, apura sus últimos días de mandato pues hay elecciones en breve y hace tiempo ya que anunció que no se presentaría a la reelección. En realidad no es una reelección tal y como la conocemos en el mundo de la política, pero demos por válido este término porque, para los no puestos, las elecciones en la Cámara son un poco lío.

A lo que iba. Spínola pone punto y final a cuatro años de mandato que siguieron a otros tantos de incansable lucha para conseguir que Lanzarote contara con su propia Cámara de Comercio. Y lo hace con dos iniciativas que son la demostración de la independencia que el ente ha venido demostrando en el cuatrienio. En una se pide la devolución del patrimonio cameral de cuando Lanzarote estaba integrada en la Cámara de Las Palmas y que, por tanto, creció en bienes con el dinero de los conejeros y en la otra le insiste al Gobierno de Canarias acerca de la manera de terminar con la doble insularidad.

A lo largo del mandato de la primera Cámara en la historia de Lanzarote las muestras de independencia de los poderes político y económico mostradas por Eduardo Spínola han sido más que evidentes. No le ha sido fácil pues entre el casi medio centenar de empresarios que conforman el plenario de la Cámara hay numerosas sensibilidades. Sin embargo la manera de trabajar de Spínola ha logrado esa equidistancia de todos aún a pesar de erosionarse en demasía frente a sus propios compañeros. No se ha plegado a ninguna presión, ni para perder la independencia ni para que la corrupción se instalara también en la Cámara, según reza en el sumario de la Operación Unión.

Y ahora que Spínola se va, el gran reto del que llegue será no sólo mantener el nivel de trabajo y la solvencia económica de la Cámara que se ha logrado en los primeros cuatro años, sino demostrar que se sigue siendo independiente y límpio de sospechas. Y eso no será fácil. El todavía Presidente ha sido mal visto por algunos de los que ahora ambicionan el poder justamente por no plegarse a presiones políticas para no incomodar demasiado al gobierno de turno.

En resumen, que planea sobre la Cámara de Comercio de Lanzarote el peligro de que un par de pelotas de los partidos que gobiernan en Canarias traten de hacerse con la presidencia. Ese sería el escenario soñado por el paulinato: la docilidad de la organización que más ha ejercido de mosca cojonera en esta legislatura. Los parlamentarios regionales por Lanzarote también saludarían con interés que el borrego de guardia mandara en la cámara. Menos presión.

La última palabra la tienen los empresarios. Ellos eligen. Seguir con un par o diluirse como un azucarillo en el mar de la mediocridad política en el que nos movemos desde hace años.

jueves, 4 de marzo de 2010

Cuento para mi hija

El secreto de la flor más bonita del mundo

Había una vez una niña que se llamaba Claudia y tenía 4 años. A Claudia le gustaba ayudar a su padre a recoger los tomates y a regar las plantas. Todos los días, cuando su padre preparaba la manguera, la niña salía corriendo de la casa para ayudarle. Algunas veces abría el grifo del agua, otras aguantaba la manguera y, casi siempre, se mojaba los pies descalzos.
            Un día mientras miraba cómo de deprisa se escondía un lagarto al notar la presencia humana, Claudia se fijó en una pequeña flor que apenas asomaba por encima de la arena. Se acercó a ella, se agachó y la tocó, apenas rozándola, con uno de sus deditos. Y entonces, la flor le habló:
                       
-“Hola Claudia”-le dijo la flor- “No te asustes de mí. Soy la flor  que has tocado y quiero decirte que, si me cuidas, te contaré mi secreto”
                        -“¿Y cual es tu secreto?” –le contestó la niña
                        -“Primero tienes que cuidarme” –dijo la flor
                        -“¿Y cómo hago para cuidarte” –le preguntó Claudia
                        -“Escúchame bien” –y la flor empezó a contarle qué hacer para cuidarla. “Yo necesito tener agua para alimentarme y, aunque hay nubes en el cielo que a veces me la dan, no siempre llueve, así que necesito que tú me des agua.”
                        -“Yo te regaré todos los días” –dijo Claudia.
                        -“ja,ja,ja…” se rió la flor- “Todos los días no hace falta porque el agua es escasa y hay que tener cuidado en no gastar mucha porque a lo mejor un día se acaba. Me basta con que me riegues un poquito cada semana. Pero además, necesito la fuerza del sol”
                        -“¿Y yo que puedo hacer para darte la fuerza del sol?” –le preguntó la niña.
           
Y entonces, habló el sol:
                        -“Yo salgo todos los días, Claudia. Y le doy fuerza a todo lo que está en la tierra. Así que, si no arrancas la flor, yo le daré mis rayos para que crezca bonita”
                       
-“Ya has oído al sol” –dijo la flor. “No tienes que cortarme, ni arrancarme, ni pisarme… ni nada de eso. De esta manera seré la flor más bonita del mundo y tú podrás saber mi secreto”.
                       
            Claudia se quedó un ratito mirando a la flor. En silencio y pensando. De pronto, dijo:
                       
-“Vale, flor. Ya sé. Todas las semanas te daré un poquito de agua y no te haré nada para que el sol te de fuerza y crezcas mucho”.
                        -“Así me gusta” –dijo la flor. “Pero hay algo más: me tienes que dar cariño. Me basta con que vengas todos los días a ver si he crecido un poquito y que te pongas contenta de verme crecer y crecer.”
            La niña le dijo que así lo haría. Además, pronto empezaría las vacaciones de verano y así tendría más tiempo de ir a ver a su flor.

           
Y así lo hizo. Pasaron los días y Claudia la iba a ver;  y las semanas y la niña la regaba con agua fresca y así  la flor creció y creció hasta convertirse en una hermosa planta de flores rojas, amarillas, lilas y naranjas y con hojas del color más verde que nunca se haya visto.
            Una tarde, cuando Claudia la fue a visitar, la flor le dijo:
                        -“Hola, Claudia. Ahora ya soy la flor más bonita del mundo. Gracias a tus cuidados. Te contaré mi secreto: Si aquella tarde que me viste chinijita, chinijita tú me hubieses arrancado, hoy no existiría y no te podría contar mi secreto. Pero tú me cuidaste. Me diste agua, quitaste las malas hierbas de mi alrededor y dejaste que el sol me diera fuerzas; me venías a ver y, sin saberlo, me dabas mucho amor. Y a mí me gustaba crecer y crecer para seguir disfrutando de todo eso. Y el secreto es que, si tú haces lo mismo, un día serás la persona más bonita del mundo. Tienes que querer mucho a toda tu familia y a tus amigos. Hacer caso a tus padres, trabajar mucho en la escuela y no decir nunca mentiras. Ya verás como, si haces eso, tú serás la niña más bonita del mundo que tiene en su jardín la flor más bonita del mundo.”
            Y entonces Claudia se sentó a su lado y acarició a la flor con uno de sus deditos. El sol, que la estaba mirando desde el cielo, sonrió; y unos pajaritos que pasaban volando, comenzaron a cantar.

 Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Cuento escrito para ser contado a mi hija

viernes, 26 de febrero de 2010

Dos orgullos


Hubo un tiempo no demasiado lejano en el que las gentes de Lanzarote se sentían tremendamente orgullosas de dos de sus empresas públicas: Inalsa y los Centros Turísticos. Y con toda la razón del mundo. Inalsa había aparcado en la memoria popular aquellos interminables días llenos de penurias y calamidades de la isla sin agua. Los Centros Turísticos hacían que se presumiera de la rotundidad de las bellezas salvajes y de un hombre que representaba la sutil transición entre la naturaleza y el arte: soy paisano de César Manrique.
            Esos dos orgullos eran, además, suficiente combustible para que funcionara el motor con el que nos movíamos todos en la isla: Inalsa llenó los hogares de agua e incluso llegó a embotellarla para el consumo humano, en el alcance de la máxima expresión del cénit imposible en la isla seca. Los Centros Turísticos dejaban mil millones de las desaparecidas pesetas en la alcancía del Cabildo y echaban una mano a la cultura y el deporte.
            Hoy, pocos años después de aquellos días de dulce orgullo, Inalsa y los Centros Turísticos son apenas dos negras sombras de lo que fueron. En Inalsa manda ahora un Juez que trata de poner remedio a una deuda de 35 millones de euros. Los Centros Turísticos se tambalean y deambulan absolutamente groguis en busca de que el Cabildo rompa la alcalcía que ya no tiene para que le dé alguna limosnita con la que poder pagar las nóminas.
            ¿Qué ha pasado para que, en poco tiempo, de aquellas rosas sólo queden espinas? Pues han pasado políticos. Simple y llanamente políticos. Y no de un solo color sino de varios aunque han predominado determinadas tendencias, a qué engañarnos. Han pasado políticos que no digo yo que hayan robado para sí o para sus partidos, pero su mala gestión ha sido tal que de aquel orgullo sólo queda miseria y desconsuelo.
            En el reparto de culpabilidades la mayor cuota se la deben llevar el PIL y el PSOE. Gentes de estos dos partidos, por acción o por omisión, o por las dos cosas, son los que nos han sisado la ilusión….y algo más. Gentes de estas dos formaciones que ni siquiera han expiado, dentro de su propio partido, la culpa que deben. Naturalmente tampoco, hasta hoy, nadie ha denunciado a nadie. Puede que el primero en tener que dar explicaciones ante un Juez sea Carlos Espino, como es sabido. En su partido nadie lo ha cuestionado mínimamente. Tampoco a Plácida Guerra en el PIL. Esta ni siquiera tendrá que sentarse ante ninguna Señoría.
            Y en estas estamos. Los dos orgullos, pisoteados. Decenas de trabajadores de Inalsa y de los Centros Turísticos a las puertas de ser despedidos. El ciudadano de la isla, al tiempo, a punto de sufrir huelgas y protestas que en nada nos beneficiarán.  Y los responsables políticos de tanta ignominia libres y millonarios, la mayoría.
            

domingo, 31 de enero de 2010

El icono de Cándido


El alcalde de Arrecife, Cándido Reguera, está frito por un icono. Quiere un “algo” en el islote del Francés que recuerde por los siglos de los siglos que fue él quien gobernó en la Capital de la isla durante un tiempo determinado. Que sus nietos vean esa cosa y digan “lo hizo mi abuelo Cándido” de la misma manera que él recuerda una y otra vez que Fermina, la del otro islote, fue su abuela. Caprichos de la vida, la misma que Zapatero nos quiere acortar ahora en dos años poniendo la jubilación a los sesenta y siete.
El icono soñado por Cándido es alto, muy alto, y diseñado por Calatrava, el arquitecto de guardia del Partido Popular. Así se lo hizo saber al propietario de los terrenos de las ruinas de la Rocar, Jaime Cortezo, durante la visita que éste giró al ayuntamiento capitalino y que fue la devolución de la que mandamases municipales le hicieron, un tiempito atrás, en un hotel de Gran Canaria. Cortezo está frito por que le dejen hacer más dinero en ese privilegiado solar.
La primera información que surgió del ayuntamiento tras el encuentro citado fue de las que asustan: “Cándido Reguera, Pedro de Armas y Antonio Machín proponen al propietario de los terrenos que encargue a un arquitecto de prestigio mundial un
boceto de edificio para la zona”. Así, sin agua para digerir la píldora. Y claro, han empezado los atragantamientos. Las posteriores declaraciones del alcalde no han contribuido a aliviar el escozor. “Que se gane en altura y que lo haga Calatrava” es lo poco que sabemos. Eso y que el edificio no albergará el ayuntamiento, lo cual ya es un detalle.

Si será museo, centro comercial, hotel, todo junto o nada de eso, no se sabe. Sólo que queremos un icono. Y que la idea la tiene que poner Cortezo, el amo del cortijo. Échense a temblar. Naturalmente las riendas de la operación las tendrá que llevar el alcalde. Cándido Reguera deberá atar en corto al dueño del solar para que el asunto no se disparate, porque entre la propuesta municipal y el grupo de coros y danzas mediático que ya se ha encargado de regalarle las orejas al primer edil, estamos apañados.
Así que por partes: tasación real y objetiva de los terrenos (nada de creerse lo que Cortezo diga.). A continuación, definir con exactitud el porcentaje en el que se podrá edificar y que Calatrava o quien sea se adapte al cachito que le toque. Lo que sobre del icono, para todos los que viven en Arrecife. Y otra cuestión de suma importancia: qué rayos queremos que lleve en su interior la singular construcción. Sin olvidarnos de cerrar relativamente pronto el debate abierto con tanto interés por el alcalde. Que luego se nos van los años y el icono sin hacer.
Así que pongámonos a ello. Nos disponemos a empezar un encuentro apasionante en el que el ganador, y por paliza, ha de ser el vecino de Arrecife.

viernes, 8 de enero de 2010

El Festival de los despropósitos


Se celebra estos días el XXVI Festival de Música de Canarias y lo hace con estreno de lujo: Zubin Metha al frente de la Staatskapelle de Dresde, la orquesta más antigua del mundo. Es el punto de partida de las actuaciones que comprende este año el Festival que, como es uso y costumbre, viaja por todas las islas del Archipiélago, incluida La Graciosa. Como debe ser. A Lanzarote corresponden otras cuatro citas cuyo denominador común ha de ser el de agrupaciones más bien chinijitas. Aquí, en la tercera isla en importancia en el conjunto del Archipiélago, no tenemos dónde meter a una Sinfónica Filarmónica. Son muchos.
Cumplida la primera década del Siglo XXI, Lanzarote carece de infraestructuras culturales, no ya sofisticadas, es que ni siquiera básicas. Trato de repetirlo todas las veces que pueda a ver si a alguien se le ocurre tomar alguna medida. Hoy por hoy, y en hablando de lo público y presto a ser usado, sólo disponemos del Teatro de San Bartolomé. Que es digno para lo que es: teatro de pueblo. Todo lo demás (Jameos, Tías, Arrecife, El Almacén…), o está cerrado o no está. Y en todo caso, aún estando, tampoco es apto para meter ochenta músicos.
A los políticos les suele poner de los nervios que se recuerden sus fiascos. Confían en la frágil memoria ciudadana para sacar nota en los siguientes exámenes electorales. En eso y en el cartón piedra para hacernos ver que ya llega lo que tenía que haber llegado hace lustros. A la entrada a Arrecife por la Autovía del Sur se puede ver ya el cartel anunciador del futuro Auditorio, del que no se ha movido ni un tenique y al que le quedan años de obras. Pero ya alguien mandó poner un cartel vayan a saber ustedes para qué.
Antes de ese nonato Auditorio la infraestructura cultural más reciente está cerrada, ha dejado dos imputados en el camino y requiere una inversión de más de 250 mil euros porque no se hicieron las cosas bien. Es el llamado Teatro Insular de Arrecife. Una “cosa” que empezó siendo un apéndice del Conservatorio de Música (y que hubiese sido un excelentísimo salón de actos del edificio) para acabar vendiéndosenos como la capital de la Cultura de Arrecife.
Lo cierto es que ese Teatro sólo ha vivido las actuaciones de los bufones políticos de turno. Un puñado de cafres e inútiles, incapaces de hacer las cosas bien, por mucho que pasen los años. Si a día de hoy no tiene ni los papeles ni las dotaciones que le permitirían tener los documentos en regla, ¿En base a qué fue inaugurado por la hoy consejera de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, Inés Rojas, en su etapa de presidenta del Cabildo? ¿Con qué garantías fue reinaugurado por la hoy censurada Manuela Armas? ¿Quiénes se creyeron que eran Rubén Placeres y Enrique Pérez Parrilla para hacer caso omiso de las leyes y permitir que se siguieran ofreciendo actuaciones en un lugar no apto para ello? ¿Por qué los ciudadanos de esta isla somos tan pacientes y permitimos que nos sigan engañando tantas y tantas veces?
Los dos siguientes en actuar en el Teatro son el presidente actual, Pedro San Ginés y su consejero de Cultura, Francisco Cabrera. Empieza la cuenta atrás para saber si son capaces de abrir un teatrillo. A fin de cuentas una infraestructura de la que disfrutan desde hace décadas, pueblos y ciudades del mundo entero. Pero que aquí, ya ven, parece que nos cuesta un poquito.