Toda la vida hemos pensado que la
sal es mala para la salud. De hecho los médicos, al menor achaque, lo primero
que te quitan es la sal. ¿Quién no tiene
en su entorno a algún familiar de esos que debe comer sin o con muy poquita
sal? Bueno, pues ese pensamiento que nos acompaña desde niños ya lo pueden ir
desechando. La sal, a partir de ahora, se venderá en farmacias.
Eso sí, un tipo muy específico de
sal y, para mayor orgullo, de Lanzarote. El esfuerzo emprendedor de Daniel
Lasso, nieto de Domingo Lasso, el fundador de los legendarios almacenes de
Arrecife, le ha llevado a comercializar un tipo de sal tan apta que se venderá
en los lugares donde se nos ofrecen productos que cuidan, precisamente, de
nuestra salud.
Es una noticia que puede figurar
en las páginas de economía, de salud e incluso de cosas curiosas. Pero además
constituye una de esas ocasiones en las que debemos sacar a pasear el orgullo
insular. Cuando todo lo que nos rodea parece oscuro, se nos aparece un
ilusionante rayo de luz. Es posible, aún en estos tiempos, avanzar. Ese es el
mensaje.
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