domingo, 13 de junio de 2010

Empresarios en peligro

El próximo lunes, según parece, se constituye el plenario de la Cámara de Comercio de Lanzarote. Será el inicio del segundo mandato desde que se creara en abril de 2006. En sus cuatro primeros años de vida, y bajo la presidencia de Eduardo Spínola, la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Lanzarote se ha hecho un más que digno hueco entre las organizaciones más relevantes del Archipiélago. Todo pese a contar con una dura resistencia procedente de los centros de poder político y económico de las islas capitalinas y, por qué no decirlo, de alguno de sus miembros a nivel interno.
            Hace cuatro años el empresariado llegó dividido a la cita. A los promotores de la independencia de la Cámara les salió la feroz competencia de quienes representaban la acomodada patronal, de un lado, y el sector ladrillo turístico, de otro. La pelea fue a programazo límpio. Propuestas, ideas, iniciativas, sugerencias, promesas….el empresariado decidió libremente y ganaron los que venían currándoselo desde mucho tiempo atrás.
            Ahora ha sido todo distinto. Sólo ha habido elecciones en un epígrafe. El resto se ha presentado como el fruto de una ficticia unidad. Lo que se ha vendido como la unión del empresariado, no ha sido sino una dejación de funciones de los dirigentes de las distintas patronales quienes se han dejado embaucar por un personaje en exceso ocioso y con aspiraciones tan altas como limitadas sus capacidades. Otro exponente de la todavía no finiquitada era del mediocrismo insular.
            La Cámara de Comercio de Lanzarote es responsabilidad en exceso alta para José Torres, Pepote. Los empresarios deben saberlo. Aquellos a los que Pepote embaucó adivinen ustedes con qué artes (porque el programa ni se conoce) y aquellos otros que no tenían ni idea de la que se estaba urdiendo casi en secreto. A hurtadillas, para que los gatos no sospecharan que había dos o tres ratones sueltos.
            Con Pepote manejando los presupuestos de todos los empresarios y autónomos de la isla, la Cámara se desinflará como un globo picado. Justo lo que quieren desde la arena política y empresarial de Gran Canaria y Tenerife. Yeso es una muy mala noticia para Lanzarote. Una isla tremendamente débil desde el punto de vista político, que no pinta nada en el panorama archipielágico y, ahora además, con un poder empresarial desactivado.

            Porque a las limitaciones que se sospechan del aspirante a presidente, debemos unir sus fuertes vínculos con el (o los) gobiernos. Al punto de que buena parte del volumen de negocios de sus empresas, aseguran miembros del sector,  depende de las administraciones públicas. Naturalmente nadie esperará que con un presidente de estas características, Lanzarote tenga una Cámara de Comercio de fuerte personalidad y de férreo perfil reivindicativo, como la que ha presidido Spínola los últimos cuatro años. Más bien todo lo contrario. un ente plano, aborregado y absolutamente entregado a los brazos de mandamases chicharreros y canariones. Están a tiempo de impedir que esto sea así.