Una ciudadana italiana, Livia Veronese, ha donado 75.000
euros para que el ayuntamiento de Teguise erija un Centro Socio Cultural en
Costa Teguise y, de paso, ha hecho un certero retrato del Lanzarote que tenemos
como consecuencia de la política insular de los últimos lustros.
De entrada, Livia nos
está diciendo que ya va siendo hora de que Costa Teguise, declarada zona
residencial en convivencia con el turismo desde hace años, sea tratada por el
ayuntamiento como el resto de los pueblos del municipio. Y si todos tienen su
Centro Socio Cultural, con más razón lo necesita un lugar repleto de gente en
busca de arraigo.
También subraya que su ilusión es que los vecinos tengan un lugar donde reunirse,
organizar actividades, disfrutar de eventos culturales o, simplemente,
compartir su tiempo. Y se lo dice a un ayuntamiento que no sabe qué hacer para
encajar las piezas humanas del puzle de Costa Teguise.
Luego pone el acento en que estaría bien que en tres meses
la obra fuera una realidad. Consciente de que es tiempo suficiente para ello y
siendo testigo, como es, de que las cosas en esta su tierra de adopción se
eternizan más de lo deseable.
Por el camino nos recuerda que llegar desde Italia a
Lanzarote es toda una odisea, pese a los grandes avances que al parecer hemos
hecho con el turismo y las conexiones aéreas.
Y, por último, aclara que no ha donado antes ese dinero
porque no se fiaba de los gobernantes anteriores, marcando con trazos gruesos
al PIL y a Dimas Martín.
Resulta que Livia, en definitiva, es como si hubiera
pagado 75.000€ para poder decir bien alto que los políticos insulares son unos
dejados, unos incapaces, unos vendehúmos y, en ocasiones, unos grandes
corruptos
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