jueves, 18 de julio de 2013

Adiós muy buenas


Aunque no lo parezca David Rodríguez, del Partido Popular y Ginés Quintana, de Alternativa Ciudadana, tienen algo en común: los dos han dimitido de sus respectivas responsabilidades políticas y ambos han utilizado una excusa peregrina para hacerlo. Contó Rodríguez que se va a trabajar a otra isla y dijo Quintana que no veía bien que su partido llevara a Fiscalía a los que ellos consideran coautores de la ruina de Inalsa. Es verdad que luego el joven popular ha preferido deshacerse del equipaje que pensaba llevarse a su destino profesional y lo ha dejado en tierra.

Vamos, que David Rodríguez es otro de los jóvenes del PP que están hasta el gorro de las maneras de hacer política de su líder capitalino, Cándido Reguera, y ha visto en el ferry de la Bocaina una escapatoria del paraíso de guiñoles que capitanea el ex vicepresidente del Cabildo, ex Diputado Nacional y ex Alcalde de Arrecife, tan alborozado en el despacho de gobierno como populachero en la oposición. Probablemente Reguera tuvo mucho que ver en que el PP sacara un resultado histórico en la Capital en las últimas elecciones y tendrá también gran ascendencia en el batacazo que se prevé si no reconducen su grupo municipal.

Ginés Quintana, por su parte, ha sido víctima de un ataque de transparencia. El pensaba que militaba en un partido que busca la verdad y a los responsables de las malas políticas, pero no tanto. Le ha mosqueado que Alternativa llevara a fiscalía a veintitantos políticos y técnicos de los que sospechan que han podido contribuir a hundir Inalsa. Dice que son muchos. La Asamblea (por cierto, ¿cuántos van a las Asambleas?) le dio un repaso monumental en la votación que decidía el paso a Fiscalía de la denuncia. Sólo él votó en contra, el resto a favor. Así que se larga porque no puede llevar adelante lo que él piensa sino lo que la mayoría de su partido decide.

Sin embargo, a diferencia de Rodríguez, Quintana no cuenta toda la verdad en la hora de su adiós. El hecho de que su baja la comunique el Cabildo y no su partido, que acabó por enterarse a través de la prensa (“las dimisiones las gestiona uno personalmente”, dijo), nos muestra por una rendija un nuevo cisma en Alternativa.

jueves, 11 de julio de 2013

Una historia de agua sucia


La historia moderna del agua en Lanzarote tiene tres fechas clave: mediados de los sesenta, cuando llega la primera desaladora; finales de los ochenta, cuando se crea Inalsa y el 1 de junio de 2013 cuando se privatiza la desalación, producción, suministro y venta del agua a una empresa privada.  En total algo más de medio siglo de una isla. Nada, en realidad, en el contexto histórico de un lugar. Y eso, nada, es lo que los políticos de Lanzarote han tardado en arruinar los logros y en faltar al respeto a la memoria de tantos y tantos hombres y mujeres que arañaban la tierra en busca de una gota. Cuentan los mayores que el agua de un sancocho servía para varias familias y que la borsolana del aseo personal pasaba de mano en mano hasta que apenas quedaba un pizco de agua sucia en su interior. Los que han arruinado Inalsa han escupido sobre esas fatigas.
Es indudable que hoy somos infinitamente más pobres que ayer. Al menos desde un punto de vista moral. Hemos cambiado el honor (y el agua) por mercedes, moechandón, putas  y cocaína. Y ahora pretenden que nadie pague por ello. Que hagamos como si aquí no hubiese pasado nada. Que un agujero económico de más de 50 millones de euros no tenga más responsable que las pérdidas en red o la sobada mala gestión. Que dicho sea de paso, una gestión negligente del dinero público también es punible.
Es obsceno emplear todos los esfuerzos diarios, los recursos públicos y las influencias del cargo en pisotear técnicos y tratar de justificar lo injustificable buscando informes que te limpien la conciencia y te deje en paz con los de tu clase. A la gente de Lanzarote, a esos mayores que quedan y vivieron aquellos tiempos y a los herederos que cierran el grifo cuando se enjabonan o se lavan los dientes y llenan aljibes por si acaso, no se les puede ofender diciéndoles que aquí no ha pasado nada y que, además, deben (debemos) aportar entre todos el dinero desaparecido. Robado, dejémonos de eufemismos.
Pero así son estos. Prefieren que seamos ustedes, y yo, quienes paguemos sus excesos.  Quizá la Justicia nos pueda devolver un poco de esperanza. Duele ver  en qué  ha parado la lucha por el agua en esta isla sin que nadie esté pudriéndose en la cárcel.

jueves, 4 de julio de 2013

La casa de los líos


A la Secretaria General del Partido Socialista en la isla, Loli Corujo, no le parece bien que el Cabildo de Lanzarote se gaste un millón seiscientos mil euros en un edificio para acabar invirtiendo otro medio millón más (cálculos del presidente del Cabildo) y acabar haciendo de él (del edificio, no del Presidente) un Museo de Arqueología. Hasta aquí todo normal. Busquen a alguien a pie de calle que le parezca bien tanto derroche. En los despachos ya es otra cosa.
Ocurre, sin embargo, que el Partido Socialista cogobierna en el Cabildo. Junto a Coalición Canaria, el partido al que pertenece el Presidente. Y que la decisión de la compra del edificio no sólo es tolerada por el Grupo Socialista, sino que la defienden con vehemencia e indisimulada pasión.  Cuando esto sucede puede ser debido a dos cosas: o que no hay debate interno en el partido o que el Grupo Socialista en el Cabildo se gobierna solo. Incluso puede que se den las dos circunstancias a la vez.
Loli Corujo asumió el liderazgo del PSC lanzaroteño en falso. Ella ya sabía que no le iba a ser fácil poner de acuerdo a las distintas familias. Incluso puede que aquella gran idea de colocar de número dos a José Juan Cruz, tótem de la todopoderosa tribu de Tías, haya servido para enredar más que para pacificar. De hecho Cruz ha hecho causa con Joaquín Caraballo para hacer política al margen de lo que dicta el partido y sus ocurrencias sólo han contribuido a crear confusión en la militancia socialista que no ve ninguna diferencia entre su partido y Coalición Canaria: el discurso de Caraballo en el Cabildo es exactamente el mismo que el de los nacionalistas. Tal como si el PSOE hubiese sido fagocitado.
De ahí que Corujo intente marcar distancias. De muy poco les ha de servir, desde un punto de vista electoral, tener un Grupo en el Cabildo tan absolutamente entregado a la causa nacionalista. Otra cosa distinta es la suerte que finalmente corra CC con esta operación. Mala cosa es que la opinión pública rechace tus iniciativas e, insisto, busquen por ahí alguien que aplauda que el Cabildo cambien un millón seiscientos cincuenta mil euros por un edificio, con la que está cayendo.
No pocos nacionalistas temen (algunos incluso desean) que esta operación que va para Museo Arqueológico (y que bien pudo ser dote matrimonial) acabe en Panteón (político) del Presidente San Ginés y su (sus) grupos en el Cabildo.