martes, 9 de abril de 2013

Fallo en Inalsa


Es probable que cuando Pedro Sanginés afirmaba con rotundidad que no se iba a privatizar Inalsa lo dijera sinceramente, creyendo que él era capaz de saber gestionar la crisis. Pero es evidente que ha fallado en sus planteamientos. Lo cual, en un político, es grave. Y tratándose del bien básico por naturaleza, el agua, el caso adquiere dimensiones colosales.
Sin embargo llama la atención en todo esto el modo cómo Sanginés anuncia la entrega de la producción y venta de agua en Lanzarote y La Graciosa a una empresa privada. Lo hace cantando las excelencias del acuerdo, vanagloriándose de haberlo logrado y poco menos que dictándonos el grado de felicidad que los ciudadanos debemos sentir con el agua en manos de una empresa madrileña.
Imaginemos ahora un duelo por una persona querida y veamos al deudo glosar las virtudes de la persona que ha de ocupar en la vida el lugar que deja el pariente en su muerte. Sería absolutamente impensable. De ahí mi  extrañeza al escuchar al presidente narrar lo sublime de la nueva empresa con Inalsa de cuerpo presente

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