martes, 27 de abril de 2010

Es ahora o nunca

Es ahora o nunca. O salimos ahora a la calle y escupimos con fuerza lo que llevamos dentro desde hace ya mucho tiempo, o no saldremos nunca. Los funcionarios de la Unidad Central Operativa (UCO), y de último también los del Equipo contra el Crimen Organizado (ECO), en ambos casos adscritos a la Guardia Civil, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Arrecife y la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo nos están dejando el camino expedito para que hagamos de las calles el territorio de la reivindicación ciudadana contra la corrupción
            Este viernes, a las cinco de la tarde y frente al Cabildo nuevo, se está organizando una concentración a través de esas células de resistencia modernas que constituyen personas que pululan por las redes sociales. Y hay que estar allí. Hay que ir. Sí o sí. Contra la corrupción. Contra los corruptos. Y a favor de una nueva forma de hacer política. Con honestidad. Con limpieza. Con la voluntad de servir al ciudadano. No de enriquecerse a costa de las miserias de una isla que pudo ser próspera.
            Hay que ir para que estos tipejos, y estas tipejas, que nos han estado robando durante tanto tiempo, vean que los del otro lado son más. Muchos más. Que sientan el aliento del pueblo en sus cogotes. Que noten los ojos de la gente sana pegados a su nuca. Que vean en cada papel que toquen la huella de un conejero honrado acechándoles. A por ellos. Es ahora o nunca.
            Todos a la calle el viernes. A las cinco. Botemos con rabia lo que nos reconcome las entrañas. A los pies de esa obra faraónica que para su propia comodidad hicieron y que llaman Casa Cabildo. Al lado de un Recinto Ferial que no tenemos, junto a un Parque Temático que ni nombre le hemos puesto porque estamos huérfanos de referentes. Pegaditos a eso que nos dicen que es un intercambiador de guaguas y que no pasaría de ser una escultura graciosa en cualquier rotonda de Santa Cruz de Tenerife….Gritemos. Ahora o nunca.
            Hagámoslo por nosotros, por nuestra propia dignidad. O por nuestros hijos, para que vivan en una isla no contaminada. Hagámoslo por no pasar nunca más la vergüenza de tener representantes ciudadanos, nuestros representantes, en los calabozos del cuartelillo. Hagámoslo incluso, si me apuran, como homenaje popular al Juez, al Fiscal y a los currantes de chaleco y pasamontañas. Hagámoslo para que todo el mundo se entere de que Lanzarote es otra cosa. Provoquemos, con nuestra presencia, que al día siguiente se hable de una isla cuyos ciudadanos quieren tomar el mando de las cosas ante tanta podredumbre e indignidad.
            Es el viernes a las cinco en el Cabildo nuevo. Es ahora o nunca.