martes, 16 de septiembre de 2014

Lo de Sergio Machín

El presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, pasa por detrás
de su nuevo portavoz de Grupo CC (FOTO: laprovincia.es)

Coalición Canaria en Lanzarote ha decidido sumar unos cuantos méritos más para seguir ganándose a pulso el derecho a ser llamados "casta" en esa nueva moda dialéctica impuesta por Podemos. En tiempos donde la ciudadanía mira con lupa cada gesto de los partidos (tradicionales o no), los nacionalistas en el Cabildo han decidido que Sergio Machín sea pagado con dinero público por hacer de portavoz del Grupo Nacionalista en la primera corporación de la isla. Su propio Secretario de Organización, Antonio Morales, reconoce en una entrevista que "la decisión no ha sido nada acertada y posiblemente esto pueda traer consecuencias nada positivas para Coalición Canaria". Lo que incrementa un tanto el esperpento y traslada al exterior un cierto descontrol en CC Lanzarote. nada nuevo.

Machín lleva chupando de la política más de 20 años y parecía haber encajado con naturalidad su regreso a las aulas (es profesor parece que de gimnasia) tras entrar en desgracia en el grupo de CC en el Cabildo por varias cuestiones que no les cansaré recordándoselas. Eso fue el curso pasado, con lo que concluimos que Sergio Machín se ha cansado pronto de la rutina que impone cualquier puesto de trabajo que no sea la política. Un curso y vuelta a chupar del bote. La casta se entiende entre sí y pronto han desaparecido aquellos brutales desencuentros que terminaron con el susodicho (y con Mónica Álvarez) fuera de la disciplina de grupo y poniendo en aprietos la mayoría que ostentan CC y PSOE en el Cabildo. Por cierto, el PSOE tampoco parece tener nada que decir al respecto de esta nueva liberación.

El caso, les decía, es que estos siguen a su bola ajenos al enorme descontento ciudadano y la brutal brecha que hay entre la ciudadanía y los políticos. En CC manejan encuestas que les dicen que con los poquitos que votan ya les da para ir tirando una nueva legislatura en posiciones ventajosas. Así que, ¡hala!, a enchufar, liberar, derrochar, malgastar...reírse, en definitiva de la población para la que dicen desvivirse.

   



viernes, 12 de septiembre de 2014

Tengo ideología. ¿Pasa algo?

FOTO: www.theprisma.co.uk

A finales de julio de este año moría en Panxón (Pontevedra) la periodista María Antonia Iglesias. Más allá de lo que fue o representó en su trayectoria profesional, me llamó la atención que quienes la conocieron destacaban casi de manera unánime su fuerte carácter. De ella escribió el periodista José María Izquierdo, que no hubiera dudado en recriminar en público a cualquiera que afeara su militancia intelectual en la izquierda. Tengo ideología, ¿pasa algo?,  sostiene que le hubiese espetado. 

Este pasaje narrado me pilló en medio de la breve travesía realizada por los mares de la política y sirvió para que me reafirmara en la postura que desde un principio he mantenido. Tengo ideología, sí. ¿Pasa algo? Soy de izquierdas. Ni mejor ni peor: de izquierdas. Al final, todo esto de la ideología no es sino el resultado final de las respuestas a una serie de preguntas que la vida te va poniendo delante. Lo quieras o no.

En determinados ambientes en la isla, fundamentalmente el periodismo y la política, mi decisión de concurrir como candidato independiente en las listas de IU al Parlamento Europeo, ha dado pie a no pocos comentarios. Desde la profesión, los hay que ya ha sentenciado que los periodistas (entre otros oficios) no deben hacer pública su militancia; desde la política entienden que eso te inhabilita para seguir opinando de política. Lo segundo, directamente, me la trae al pairo. El político, al menos el político insular, siempre ha necesitado etiquetar al periodista, o al medio, para justificarlo todo en el nombre de esa misma Política. Incapaces de ver más allá de eso.

Sobre la primera cuestión he llegado al convencimiento de que no es incompatible hacer pública tu militancia (intelectual, en este caso) con el ejercicio de la profesión. Todos, todos, tenemos ideología. Lo de "yo soy apolítico", que seguro les suena de haberlo oído en alguna ocasión, es tan falso como un billete de tres euros. Podrás no militar en partido alguno, pero tu modo de pensar te lleva directamente a tener tendencia política. De un lado, de otro, de arriba, de abajo, pero se tiene ideología. 

En la profesión periodística hace mucho tiempo que se superó el debate de la objetividad, sustituyendo esa entelequia por el de la honestidad. Y la honestidad ya no tiene que ver con qué ideología se profese, sino con la catadura moral del individuo. Así que vuelvo a la profesión. Y lo hago con el convencimiento íntimo de que la ejerceré exactamente igual que antes de que ninguno de ustedes supiera, o intuyera, que tenía ideología. ¿Pasa algo?