viernes, 31 de marzo de 2006

La bandera de Soria


No sé si se han enterado. Se lo cuento. El pleno del Cabildo de Gran Canaria, gobernado por el PP con mayoría absoluta, decidió este jueves aprobar la compra de una bandera de 21x14 metros. Efectivamente: 294 metros cuadrados de bandera. Casi diez veces más que un piso-solución-habitacional de la Ministra de Vivienda. La bandera es de Gran Canaria. Mitad amarilla, mitad azul y con el escudo institucional en medio. Irá colocada en lo alto de un mástil de 50 metros en la Fuente Luminosa de Las Palmas de Gran Canaria. Está hecha para que la vean en Santa Cruz de Tenerife, creo.
            La idea de semejante demostración de ultracanarioneidad no es de ningún gofiobatasunero miembro de algún minúsculo partido insula-independentista. Que parecería lo propio. Es de José Manuel Soria. Sí, el presidente del PP de Canarias, presidente del Cabildo de Gran Canaria, amigo de Larry y clavadito a Aznar pero en alto. De ese mismo es. Si acaso se han perdido: no es una bandera española, es de Gran Canaria, repito. El caso es que el momento bandera de Soria le va a costar a los grancanarios unos 360.000 euros. Por si se creen que me he confundido lo pongo en rubias: 60 millones.
            Imploro a todos los dioses que conozco, a los que están en excedencia, a las ninfas de los bosques, a los espíritus empadronados y hasta al sastre de María Isabel Déniz para que a ninguno de los aquí pensantes se le ocurra semejante babiecada. Lo digo desde ya, que me conozco al personal. ¿Ustedes se imaginan? Yo ya lo veo. Bandera XXL para Lanzarote, que como diría Inés Rojas ya somos una nación. Aquí la haríamos más grande que la de Soria. El doble o por ahí. Pedazo enseña para que se enteren que somos el Eje Oriental. Una bandera capaz de hacer la sombra que no hacen los árboles que no tenemos y, de paso, tapar la Mesa Insular de la Sanidad para que no se llene de polvo.
            La colocaríamos en algún lugar del litoral, que suele ser lo primero que se nos ocurre. Por la mañana, a las seis, la podríamos izar alguno de los cinco o seis periodistas que tenemos informativos a primera hora. A media mañana bajaría algún asesor del grupo de Gobierno, que esté desocupado en ese momento, para rendirle honores insulares. A las tres (las dos en carnavales, semana santa, semana blanca, pre-verano, verano y post-verano y navidad y fin de año) el que cierra el Cabildo se aseguraría de que ahí sigue. Por la tarde alguien de la oposición que sepa del tema tocaría el timple mientras alguna concejala le cantaría rancheras. Y por la noche, antes de ir al Rincón del Majo, un consejero al azar sería el encargado de arriarla a los sones de “a mi me gusta el pim piririm pim pim de la bota empinar”.
            Nos queda por decidir los colores de la bandera. Como Trillo en Madrid y Paco Vázquez en A Coruña ya la pusieron rojigualda y ahora Soria en Las Palmas la ha plantado gualdiblue, sugiero que aquí la pongamos con el azul y el rojo propios de la isla, claro, pero sólo por una cara. La otra la dejaríamos libre para ir colgando, cada dos meses o por ahí, la foto de quien nos presida en el Cabildo en ese momento. Con siete estrellas verdes, eso sí.

lunes, 27 de marzo de 2006

Ganó la cuernúa


Pues fíjate qué mal lo habremos hecho en el pasado lejano y en el reciente también, que hoy me obligo a destacar el hecho de que el alcalde de Haría, José Torres Stinga, cambie suelo urbanizable por suelo protegido. No, no me he equivocado. Donde hasta hace poco se podía construir, dentro de poco no se podrá. Y cuidado que no se trata de un pizco de suelo en un lugar desagradable. Hablamos de 50.000 metros cuadrados en la zona del Charco del Palo. Según parece, cuatro de cada diez de esos metros se quitarán de encima la amenaza del bloque para que siga viviendo allí, y que sea por muchos años, la cuernúa, o diente de perro. Hasta se buscará un rango normativo que le dé protección y todo.
            No me digan que eso no es noticia. O igual es que no me he tomado las pastillas. Pero en una isla en la que cambiamos coladas volcánicas por meaderos, sebadales por puertos deportivos o donde hacemos desaparecer como por arte de magia vestigios paleontológicos,  que un alcalde proponga tal cosa como que te da buen rollo. Insisto, normalmente suele ser al revés: el mandatario de turno que se fuma la hierba (es un decir) para construir bungaloses. Sin ir más lejos, un poquito más allá de donde Haría dejará que a la cuernúa la puedan conocer nuestros hijos, otros ejemplares de este endemismo han aparecido pisoteados y arrancados de mala manera. Es territorio de Teguise. A Juan Pedro no le ha dado tiempo de seguir el ejemplo de pepetorres.
            Dicho esto, también es cierto que lo contrario hubiese sido un atentado ecológico. Bueno y ¿qué? Uno más. Un par de titulares en la prensa tres o cuatro días seguidos, dos o tres berridos mañaneros en las emisoras locales por parte de los ecologistas, alguna queja de la oposición en el ayuntamiento…(perdón, retiro esto último), y al carajo la cuernúa y bienvenido Herr Schlesser o Mr. Smith con sus señoras en su chalecito con vistas al mar. Siempre fue así. Papagayo existió un día. Yo lo ví.

lunes, 20 de marzo de 2006

Dimas y las 350


Era habitual la imagen de Dimas Martín acudiendo a citas políticas acompañado por Emilia Perdomo, Plácida Guerra, María José Docal, Mª Isabel Déniz, Lolina Curbelo y Carmen Ramos. Ahora estas tres últimas ya no van con Dimas a ninguna parte.  Pues va el hombre y lejos de deprimirse, las sustituye por….¡trescientas cincuenta!. Más o menos. Jóvenes, menos jóvenes y todavía menos jóvenes. Altas y bajas, rubias, morenas o castañas. De la capital y de los campos. Trescientas cincuenta mujeres en el Gran Hotel de Arrecife. Y dicen que varias decenas lamentándose por no conseguir plaza para la cena-recado verdefucsia del PIL. El mensaje ha sido enviado, que diría mi móvil.
            Contemplar las imágenes de tres centenares y medio de mujeres, elegantes para la ocasión, en torno a unas mesas no menos lustrosas, con el cartelito conmemorativo, un pin y una esterlicia con lacito bicolor por cubierto, supone un “tranquilos que aquí estamos” para aquellos que medio dudan de si el PIL vive o simplemente respira tras los acontecimientos de la primavera pasada. Pero además, semejante cocktail de perfumes, tenía como misión aromatizar el congreso constituyente de Asamblea por Lanzarote (APL) que se celebra este próximo sábado en el mismo lugar.
            De puertas afuera en APL ni se han dado por aludidos. Trabajan ya por conseguir un ambientador capaz de eliminar los olores que hayan quedado. Pero en petit comité dudan que actualmente exista en el mercado uno tan poderoso. Confían, sin embargo,  que de aquí a un año puedan conseguirlo. Qué otra les queda. Mientras, en el PIL, ya trabajan de cara a una nueva cita, puede que en Los Zocos en mes, mes y medio, que reúna a seis o setecientas mujeres más. Las que fueron y las que se quedaron sin ir, aseguran. No quieren dar tregua de cara a reconquistar los territorios perdidos. Tengo para mí que asistiremos a un toma y daca gastronómico entre los que hasta anteayer compartían mesa. Pero no serán los únicos. El restaurante ha abierto.
Habrá cenas para mujeres, para hombres, para mujeres y hombres, solos o en pareja, habrá desayunos sectoriales, almuerzos de trabajo y hasta botellones para el piberío. Habrá cocktails para empresarios, canapés para periodistas y cruasanes con mantequilla para touroperadores. Lo harán los unos y los otros y los de más allá. 2007 ya se ve. Quedamos todos invitados. Lo que no sé es quién pagará tanta factura.

lunes, 13 de marzo de 2006

Los bomberos como excusa


Madrid. 12 del mediodía. Se quema un  piso en un edifico de 8 plantas. Hay un herido por intoxicación de humo. Lanzarote, 2 de la tarde: me entero del suceso viendo el telediario nacional de cualquier cadena. Veo imágenes grabadas por un bombero-cámara. Escucho declaraciones del portavoz de los bomberos contándome los pormenores del siniestro, las sospechas de cómo se originó el fuego y el estado de las víctimas. Profusión de información, imágenes y testimonios,  respecto a un asunto de interés.
            Arrecife, el otro día: se quema una nave en una zona industrial aparecida al margen de la legalidad (pero ése, que podría ser, no es el debate). Van los bomberos y todo lo que tiene ruedas y sirena. Van también los periodistas, y curiosos y hasta la alcaldesa con unas gafas anti-fuego (o eso me pareció a mí). Pongo el telediario local de las tres menos cuarto, luego el de las tres y  más tarde el de las tres y cuarto y me entero de que se quemó la nave y tres o cuatro detalles más. Poca cosa.
            Sepan que en Lanzarote, los bomberos no tienen un bombero-cámara. Vamos, que sería un lujo imaginarlo cuando han de pedir material prestado para sofocar un simple fuego en una nave. Por supuesto que tampoco tienen un portavoz. En este caso no es porque ellos no quieran, es porque los políticos no les dejan. Hay una absurda directriz política en el Cabildo que prohíbe que técnicos (como pueden ser los bomberos) hablen a la prensa. Aquí sólo hablan los políticos, faltaría más. A qué equipararnos con sociedades más avanzadas. Nos va bien con el taparrabos.
            Se echa de menos que cuando un periodista acude a un suceso con fuego de por medio, alguien de los bomberos del Cabildo explique los pormenores del siniestro. Alguien con máster en la materia. Ya no pido que, como en Madrid, o Barcelona, o Valencia, o Zaragoza, o….el Servicio de bomberos te facilite las imágenes que han grabado del siniestro. Pido simplemente que se les quite la mordaza. Que los políticos que nos gobiernan les den la libertad (y los medios) para ofrecer información. Son los que más saben del tema y los que tienen todo el derecho a ponerse la medallita, si de eso se trata, sobre el uniforme tiznado.
            No es pedir mucho. O sí. Es tanto como pedir que los políticos locales dejen de aparecer en una de las ocho mil quinientas fotos diarias en las que aparecen. Quiero un bombero para que me explique de qué va el fuego. Y un político que me explique qué va a hacer para darme mayor calidad de vida. Punto. No pido más. A Inés, a Manolo y a Mario. La Santísima Trinidad cabildicia. Zapatero a tus zapatos.

lunes, 6 de marzo de 2006

La foto, la imagen y el político


He aquí una relación íntima. Y de las duraderas.  A veces pareja convencional, otras un trío absolutamente aceptado y consentido. Allá donde hay un político, no lejos andan un cámara de televisión o un fotógrafo de prensa. O ambos a la vez. Es así y así ha sido siempre. Ocurre que en ocasiones los profesionales del objetivo están en otras cosas y es entonces cuando el político los llama porque los necesita y allí acuden raudos y veloces los sufridos gráficos para saciar el ego del edil y, de paso, no poner en riesgo la casi siempre insuficiente nómina de fin de mes. Uno los quiere, los usa. Los otros los necesitan, los soportan.
            He visto miles de veces fotos de políticos cortando cintas de inauguraciones, dando besos en la mejilla de niños, estrechando manos de otros políticos, abrazando ancianos desconocidos, fotos de alcaldes maquillados haciendo ver que escriben con buena pluma sobre un papel. He contemplado cientos de imágenes de concejales a pie de obra viendo cómo va el asfaltado de la calle principal, de consejeros conociendo “in situ” la realidad de tal o cual cosa, del presidente montando en helicóptero para viajar a no se dónde. Fotos, imágenes.
            He sido testigo de cómo, cámara en ristre, hombres y mujeres pasan horas apostados frente a una puerta esperando que salga el Rey o el yerno del Rey. Con sol, con lluvia, con frío. Con hambre. Salen y se paran y sonríen. Poco después unos lucen en los papeles o en el telediario, los otros bañan sus pies en agua caliente con sal…si es que han llegado ya a casa. Y hasta una vez tuve que socorrer a uno de ellos tras un grave accidente de tráfico mientras acudía a un congreso donde esperaban decenas de políticos sonrientes.
            Seguramente, una de esas personas que los ha querido y los ha necesitado. Que los ha llamado y que ha posado sonriente esperando verse reflejada posteriormente en la pantalla o el periódico, que los ha tenido esperando en la puerta de su despacho aguardando a que terminara una intrascendente reunión o que los ha mandado al quinto pino para sacar esa gran cosa hecha por su departamento haya sido la concejala de Obras Públicas de Telde. Antonia Torres. En prisión preventiva por supuesta corrupta cuando escribo estas líneas.
            Es por ello que sentí náuseas al ver a la concejala mirar amenazante al fotógrafo de La Provincia que la sorprendió en la madrugada teldense cuando salía del registro de su despacho acompañada por una funcionaria policial. La mirada de la concejala sospechosa de corrupción y un improperio que salió de la misma boca con que pide el voto, reflejan la otra cara de esta relación. Se creen con derecho a salir sólo cuando sonríen. Náuseas.