viernes, 11 de julio de 2014

Que alguien pare tanta ida de olla

Del blog pablogarciafortes.wordpress.com

Puede que al ecologista Pedro Hernández, hombre de un pronto complicado y apasionado defensor de todo aquello en lo que cree, se le fuera un poco la olla cuando dijo lo de que "no pueden seguir viviendo entre nosotros" los que apoyan, con no menos apasionamiento, todo lo que huela a Repsol, petróleo y, fundamentalmente, a José Manuel Soria. Es decir: los coros y danzas del PP, para entendernos. Que tampoco son tantos. Acaso Astrid, Óscar, Paco, Ángel, un par de entusiastas concejales y algún asesor que otro. El resto, o está en contra, o goza en silencio las promesas de convertirnos a todos en una suerte de jeques guanches.

Pongamos, por tanto, que se pasara algún pueblo con esa expresión. Pero es que todo lo que ha seguido a aquellas declaraciones ha constituido un concurso de ocurrencias a ver quién la dice más gorda. Los populares agarrándose a ese clavo ardiendo para presentarse como pobrecitas víctimas (con Dimas, el maestro del victimismo, en la memoria). Más tarde, nada menos que el Secretario de Comunicación de Coalición Canaria, Echedey Eugenio, guancherizado perdido, invitando a mandarse mudar y volviendo a trasegar con La Maleta de Lezcano, que de último no la suelta ni para lo que ya saben.
Y por si faltaba alguien en este debate de opereta, una concejal del PP en Teguise, María José Costa, compara lo que les pasa a los populares en Lanzarote con lo que les ocurría a los vascos a mediados de los ochenta. Y tan ancha se quedó la señora. Es evidente que, o es una ignorante de lo que verdaderamente pasaron sus compañeros en Euskadi, o ha sido la última víctima de tanta ida de olla que alguien debe parar de una vez.
Y todo esto debe cesar no porque uno tenga vergüenza ajena de tanto disparate suelto (que es para tenerla), sino para que regresemos al verdadero debate de un asunto que, para mayor desgracia nuestra, sigue muy vivo: sobre nuestras cabezas pende la amenaza del petróleo. Y todo aquello que no sea centrar los esfuerzos en tratar de eliminarla, está de más y nos distrae.