En el Parlamento de Canarias ha llegado la hora de comenzar
a diseñar los presupuestos de 2010. La gran Ley que marcará los destinos del
Archipiélago a lo largo del próximo año. De entrada ya se nos advierte que la
crisis pasará factura y que, para dar ejemplo, sus señorías los parlamentarios
se apretarán el cinturón: se congelarán el sueldo y un par de chorradas más
como dejar de imprimir el B.O.C. (seguirá on line, naturalmente). Sostengo que
cuando se ingresa la obscenidad que cobran los diputados regionales, en
comparación con el trabajo que realmente desarrollan, no ha de hablarse de
“congelar” el salario. En todo caso de “mantenerlo calentito”. Pero volvamos al
asunto.
También ha
llegado la hora de que los representantes lanzaroteños en el Parlamento, ocho
en total, demuestren que son capaces de defender la llegada de inversiones para
la isla del Archipiélago más necesitada de ellas. Lanzarote, por si existe
alguna duda. No hay sitio en Canarias que precise de mayor inversión pública
que nuestra isla. Huérfanos de ella en los últimos años y con la crisis tan
presente, es inexcusable que los parlamentarios defiendan cada euro con uñas y
dientes.
Ya no pido
que regresen aquellas absurdas e inútiles reuniones de todos ellos en el hotel
de guardia para “hacer frente común” y “defender los intereses de Lanzarote en
el Parlamento”. Los intereses de Lanzarote en Canarias hace muchos años que
dejaron de defenderse. Pido que impongan sus tesis en sus respectivos partidos
y que exijan generosidad a la hora de apoyar lo sugerido por otras formaciones.
Que dejen de echar pulsos sobre nuestras cabezas.
Es verdad
que nada invita a ser optimista. Que nos sigue gustando más la erótica que la
práctica. Vean, sino, el ejemplo del diputado del PP Fernando Figuereo
prestándose a presidir esa esperpéntica, demagógica y populista Comisión de
niños desaparecidos que llamará a declarar a no se quién del F.B.I. y, de
repente, a la Super Nanny también. ¿Qué hace ahí, Figuereo? Deje eso para
canariones o chicharreros ociosos y póngase usted a defender los intereses de
la isla que le ha elegido Diputado. Y los siete restantes igual. A currar, que
para eso cobran lo que cobran.
Los
presupuestos de 2010 tienen que ser buenos para Lanzarote. Sí o sí. De lo
contrario creo llegada la hora de exigir que, en hablando de reformas
electorales, eliminen la representación conejera en el Parlamento de Canarias.
Total, ¿para qué? Es más el beneficio que dejan los ocho en Tenerife (hoteles,
restaurantes, “etcétera”) que el que traen para la isla a la que dicen
defender.
PD: Con respecto a mi artículo anterior. Marci Acuña ha
cumplido con los compromisos adquiridos por los demandantes. A tenor de los
comentarios que ha generado el escrito (cuyas opiniones respeto profunda y
sinceramente) da la sensación de que molestan dos cosas: que se solucionen los
asuntos y que se reconozca públicamente. Las dos cosas podrían perfectamente
haberse evitado si el tema en cuestión se hubiese abordado en su momento. Que
cada palo aguante su vela.
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