Madrid. 12 del mediodía. Se quema un piso en un edifico de 8 plantas. Hay un
herido por intoxicación de humo. Lanzarote, 2 de la tarde: me entero del suceso
viendo el telediario nacional de cualquier cadena. Veo imágenes grabadas por un
bombero-cámara. Escucho declaraciones del portavoz de los bomberos contándome
los pormenores del siniestro, las sospechas de cómo se originó el fuego y el
estado de las víctimas. Profusión de información, imágenes y testimonios, respecto a un asunto de interés.
Arrecife,
el otro día: se quema una nave en una zona industrial aparecida al margen de la
legalidad (pero ése, que podría ser, no es el debate). Van los bomberos y todo
lo que tiene ruedas y sirena. Van también los periodistas, y curiosos y hasta
la alcaldesa con unas gafas anti-fuego (o eso me pareció a mí). Pongo el
telediario local de las tres menos cuarto, luego el de las tres y más tarde el de las tres y cuarto y me entero
de que se quemó la nave y tres o cuatro detalles más. Poca cosa.
Sepan que
en Lanzarote, los bomberos no tienen un bombero-cámara. Vamos, que sería un lujo
imaginarlo cuando han de pedir material prestado para sofocar un simple fuego
en una nave. Por supuesto que tampoco tienen un portavoz. En este caso no es porque
ellos no quieran, es porque los políticos no les dejan. Hay una absurda
directriz política en el Cabildo que prohíbe que técnicos (como pueden ser los
bomberos) hablen a la prensa. Aquí sólo hablan los políticos, faltaría más. A
qué equipararnos con sociedades más avanzadas. Nos va bien con el taparrabos.
Se echa de
menos que cuando un periodista acude a un suceso con fuego de por medio,
alguien de los bomberos del Cabildo explique los pormenores del siniestro.
Alguien con máster en la materia. Ya no pido que, como en Madrid, o Barcelona,
o Valencia, o Zaragoza, o….el Servicio de bomberos te facilite las imágenes que
han grabado del siniestro. Pido simplemente que se les quite la mordaza. Que
los políticos que nos gobiernan les den la libertad (y los medios) para ofrecer
información. Son los que más saben del tema y los que tienen todo el derecho a
ponerse la medallita, si de eso se trata, sobre el uniforme tiznado.
No es pedir
mucho. O sí. Es tanto como pedir que los políticos locales dejen de aparecer en
una de las ocho mil quinientas fotos diarias en las que aparecen. Quiero un
bombero para que me explique de qué va el fuego. Y un político que me explique
qué va a hacer para darme mayor calidad de vida. Punto. No pido más. A Inés, a
Manolo y a Mario. La
Santísima Trinidad cabildicia. Zapatero a tus zapatos.
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