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| Jerónimo Saavedra. Diputado del Común de Canarias |
El parlamentario lanzaroteño por
el Partido Popular, Fernando Figuereo, al que no se le conoce mayor
reivindicación para la isla, acaba de poner el grito en el cielo, en el nombre
de su partido, por lo que cuesta mantener la red de oficinas del Diputado del
Común, que en Canarias sigue siendo Jerónimo Saavedra. Puede que sea así, pero
da la sensación de que el Partido Popular vuelve a llegar tarde a los sitios.
Y llega tarde porque, hablando de
derroches innecesarios, ellos podrían haber contribuido a que hoy no existiera
la televisión autonómica, en las actuales circunstancias de derroche y escasa
utilidad, ni ese amago de policía canaria que, aun siendo un asomo, nos cuesta
un pico.
Pero, con todo, el mayor derroche
que se sigue produciendo en Canarias, en la cosa pública, tiene que ver con el
mantenimiento de esa política de doble sedes para procurar el exquisito
equilibrio entre las islas…capitalinas, se entiende. Consejerías con doble
sede, con doble personal, con dobles coches oficiales, con el doble de todo,
una en Las Palmas de Gran Canaria y otra en Santa Cruz de Tenerife.
Por ahí, y por otras
inutilidades, pero sobre todo por ahí, se va buena parte del dinero que en esta
comunidad podría ahorrarse. Es cuestión de que alguien, algún día, ponga un
poco de cordura a todo esto y determine que Canarias, como cualquier parte del
mundo, sólo puede tener una capital y que la sede de los departamentos del Gobierno
los pongan donde les cuadre, pero uno solo.
Por cierto, mantener todo lo que
rodea al Diputado del Común cuesta anualmente dos millones y medio de euros.
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