Nueva etapa en la Televisión Canaria

Este martes, 5 de mayo, han tomado posesión de sus cargos los nuevos miembros del Consejo de Administración del ente Radio Televisión Canaria. Se cierra así la etapa más bochornosa vivida por la que, por simplificar, se ha denominado La Autonómica. De hecho eso mismo, la simplificación, es lo mejor que se ha sabido hacer bajo la dirección de uno al que llaman Willy García. Quizá algún día sepamos el porqué de su nombramiento hace ocho años perdidos. El saliente no ha acudido al acto de la toma de posesión del entrante quien, de paso, ni lo ha citado en su discurso de inicio de mandato. El entrante se llama Santiago Negrín y, al contrario de su predecesor, es hombre respetado y reconocido en la profesión periodística del Archipiélago. A su predecesor no es que no se le respetara, es que ni siquiera se le ha considerado nunca de la profesión.

De Negrín se espera que la Televisión Canaria dé un salto de calidad, cosa que no se presume excesivamente complicado atendiendo al punto de partida. En su declaración inicial de intenciones ya se refirió a que es preciso "corregir el rumbo". Y lo dijo frente a Paulino Rivero, el presidente bajo cuyo mandato se eligió al de antes al que se permitó que el Ente perdiera el rumbo que ahora hay que corregir. El rumbo, la dignidad, la independencia y unos buenos millones de euros, de paso.

Los canarios merecen infinitamente más de lo que hasta ahora se les ha venido ofreciendo. Salvo honrosas excepciones, la Televisión Canaria ha estado plagada de informativos manchados de sangre y casposa propaganda política, seudo programas de entretenimiento de serie B y mucho autobombo. De una televisión pública se pide más. Y a Negrín, al contrario del dj, se le supone el conocimiento necesario.

Es preciso revisar también los pilares en los que se apoya La Autonómica. Si Santiago Negrín quiere "garantizar la independencia" (y la decencia) , como también citó en su discurso de toma de posesión, se ha de ir soltando lastre en las alianzas con aquellos empresarios que poco, o nada, tienen que ver con los medios de comunicación o con aquellos otros con sospechas más que fundadas de estar envueltos en corruptelas político empresariales. Un vistazo al quién es quién de punta a punta del Archipiélago y majo y limpio.