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| Pedro San Ginés, presidente del Cabildo de Lanzarote (FOTO: eldia.es) |
Qué quieren que les diga. Supongo
que igual de indignado y decepcionado que todo el que viera el llamado ‘Debate
sobre el estado de la isla’. Al menos al nivel del que lo contemplara con ojos
no contaminados por partido alguno, que es cosa distinta a hacerlo con la
ideología que cada cual tenga.
No es nuevo en la arena política lanzaroteña que los partidos se arrojen a la cara tránsfugas y delincuentes.
Ya ha sucedido. Sólo que esta vez habíamos oído algo de no sé qué renovación y
nuevas formas.
Y si quieren que les diga la
verdad, tiene razón el presidente cuando dice que lo que se ha pretendido con
el Debate dichoso es buscarle las cosquillas. Claro que él las ofrece al
buscador unos diez metros antes de que éste llegue a su cuerpo. Que Pedro San
Ginés es fácilmente inflamable, vamos.
Probablemente sin la última
intervención el Debate habría quedado servido y cada uno retratado acorde a sus
méritos. Pero de nuevo Pedro San Ginés ha querido atraer para sí todas las
etiquetas que los demás le cuelgan sabiendo que le pesan en el traje
presidencial.
Pese a lo que dijo, el presidente
no estaba sereno. La serenidad es un estado de ánimo imposible de alcanzar
cuando se respira con el hígado. E, insisto, esta vez no le faltan razones a
San Ginés para avergonzar a Sergio Machín y a Mónica Álvarez, como seguramente
estos no engañan a nadie acusando a aquél de déspota y dictador. O de señalar (San Ginés) a
los líderes de la oposición de aprovecharse del surrealismo en el que está
envuelto Coalición Canaria.
Y así, con estos talantes y tan
pocos talentos vamos escribiendo la historia en un salón de plenos del que cuelga un
estandarte que nos recuerda que el Cabildo es una institución más que centenaria.
Comentario de portada del Informativo Matinal de Biosfera Radio
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