(FOTO: arainfo.org)
Los miembros de la Comunidad
Educativa, o sea, alumnado, familias y docentes, estamos llamados hoy a la
huelga general de Educación, contra la LOMCE, la nueva Ley que de forma
unilateral está imponiendo el Gobierno del Partido Popular con el Ministro Wert
de ariete contra el actual sistema, y, ya
de paso, contra las políticas educativas del Gobierno de Canarias que
tampoco satisfacen del todo a quienes formamos parte de alguna de las tres
patas del banco educativo.
Hay muchos motivos para secundar
hoy esta huelga. Para que las clases se vacíen o se tiñan de verde,
el color de esta reivindicación. Desde la óptica de las familias, y teniendo en
cuenta que cualquier elemento que contribuya a un malestar entre maestros y
maestras afecta también a la educación de nuestros hijos, debemos reivindicar
que no se nos eche del Centro Educativo.
Los padres, las madres o los
tutores legales de alumnos y alumnas tenemos hoy la posibilidad de participar
en los denominados Consejos Escolares, órganos de gobierno de los centros, que
el Partido Popular quiere reconvertir a meras reuniones para tomar el té
despojándolos de las atribuciones que actualmente tienen y reduciendo el papel
de las familias a meros observadores de lo que ocurre. Aún si lo que ocurre no
nos gusta.
Pero además es una Ley que empeora
las economías familiares al subir tasas y recortar en ayudas a libros o becas y
que lanza un mensaje a nuestros hijos que entra en confrontación con el modo
con que muchas familias encaminamos su educación. Segrega por sexos, por clases
sociales o nivel adquisitivo e impone la religión a la misma altura que las
matemáticas o la lengua, por poner algunos ejemplos.
Y lo peor de todo, hartos ya de
que zarandeen la educación con normas cada tanto, es que es una Ley que nace
herida de muerte. Su vigencia durará lo que dure el PP en el Gobierno. El resto
de partidos ya ha anunciado que se la cargarán a la primera que puedan. No sé
si alguien ha caído en la cuenta de que el resultado de los famosos informes en
los que salimos mal en la foto del nivel educativo del país (y en los que tanto
nos apoyamos para cambiar leyes), pueden ser el resultado precisamente de eso:
de tanto inyectar ideología y tan poco buscar consenso en un sector muy
necesitado de estabilidad.
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