Arrancamos hoy una
semana que se prevé intensa como pocas en la cosa política insular. Ya se
podrán imaginar ustedes que cuando cito “intensa” me refiero más al ruido que a
las nueces, más a la cáscara que al fruto. En definitiva más a ellos (los
políticos) que a ella (la isla). No es nuevo que quienes han sido elegidos para
hacer política en Lanzarote se dediquen con mayor interés a tratar de repetir
ese privilegio que en velar por el interés general.
Hoy centraremos buena
parte de nuestros esfuerzos en prestar atención a lo que digan los portavoces
de los distintos partidos políticos en el salón de plenos del Cabildo de
Lanzarote. Arranca el llamado Debate sobre el Estado de la isla que mucho me
temo se vaya a quedar reducido a debate sobre el estado del Cabildo tirando a
debate sobre el estado de ánimo, o de carácter, del presidente Pedro San
Ginés.
El runrún popular
sitúa a éste en la cuerda floja de la mayoría de votos. Por aquellas cosas que
pasan, Lanzarote está pendiente estos días de dos ciudadanos: Sergio Machín y
Mónica Álvarez. Dos personas en principio nada especiales pero que pueden
desestabilizar una mayoría de gobierno sin mayor esfuerzo. Dos personas,
aparentemente, por encima de los intereses de una isla.
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