El Cabildo de Lanzarote ha
empezado a celebrar ya que el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero
haya comprometido que en los próximos presupuestos irá un tercio de lo que
cuesta mantener la Escuela Universitaria de Turismo y que para el 2015 su
gobierno pagará el cincuenta por ciento.
Es una rara práctica celebrar los
triunfos a mitad de camino. Ni siquiera lo hizo la célebre liebre de la fábula
de Esopo, paradigma de la arrogancia, el orgullo y la prepotencia. Se quedó,
como todo el mundo sabe, a las puertas de la meta durmiendo en los imaginados laureles.
Aquí ni siquiera eso: a mitad de camino ya estamos como locos de contentos porque
Rivero haya dicho que Canarias pagará en Lanzarote el 50% de lo que en
cualquier otra isla costea al 100%.
Al Gobierno de Canarias le
corresponde mantener la Escuela Universitaria de Turismo. Cualquier otra cosa
que no sea esa no es un triunfo. Hemos de perseverar en la reclamación y en los
esfuerzos para hacernos entender. Que crisis la padece todo el Archipiélago, pero
da la sensación de que la quieren solucionar a costa de los dineros que, invariablemente,
siempre regatean a Lanzarote.
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