Tengo al alcalde de Arrecife, Manuel Fajardo Feo como un hombre
ocurrente, ingenioso y hasta un tanto comediante, en el buen término de la palabra. De trato cordial y un punto,
si se me permite, encantador. Cualidades, entre otras, que de vez en vez quedan
solapadas por un proceder público no tan propio no ya de caballeros, sino de
ejecutivos, que es el caso.
Porque Fajardo Feo será un buen hombre, pero está
demostrando ser un muy mal jefe. El bochorno que le está haciendo pasar a su
concejal de Asuntos Sociales, Ascensión Toledo, es impropio de un superior jerárquico.
El escarnio público al que se está viendo sometida una subordinada suya, que
dicho sea de paso es mayorcita y nunca debió ignorar la que le podía caer
encima cuando convirtió euros, muchos euros, miles de euros en populismo, pero
esa afrenta política y mediática hacia la concejala, merecida insisto, ha de
ser soportada también por su Jefe que, a fin de cuentas y además, es el
responsable último de lo que ocurra en el ayuntamiento.
Ascensión Toledo pidió ayer perdón llevada por la
insoportable presión a la que se está viendo sometida. Pero cada hora que ha
ido pasando desde que se supo que se había fundido 30.000 euros en dar de comer
a cuatrocientas personas, se ha echado de menos al alcalde dando explicaciones
y pidiendo perdón.
Manuel Fajardo Feo está obligado a comparecer públicamente.
Como Alcalde de la Ciudad, como Jefe de la concejal Ascensión Toledo y hasta
como caballero.
Comentario de portada del Informativo Matinal de Biosfera Radio
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