Siempre he oído decir que a las cosas muy complicadas se les
ponen nombres imposibles para que desistamos de saber exactamente qué son.
Sucede con esos productos financieros que en pleno éxtasis monetario los bancos
y cajas nos han ido vendiendo, casi regalando, a los ciudadanos y a las
instituciones.
Al ayuntamiento de Arrecife le pasó algo similar. Hay dudas
sobre si se lo colaron o si, visto los sumarios de los casos de corrupción, se
lo dejaron colar. El nombrete de la cosa es SWAP, que ni se molesten en saber
qué rayos significa. El caso es que le dijeron que era para ganar dinero y ya
llevan perdidos casi tres millones y medio de euros.
Ahora un dictamen del Consejo Consultivo, que señala el
dichoso SWAP como lesivo para los interesas municipales, puede que alivie las
vacías arcas municipales. Y hasta puede que el Banco tenga que devolver esos
tres millones y medio. Aunque sancionar a una entidad financiera, en la España
de Rajoy, es mucho suponer. De hecho el PP se abstuvo en la votación, no vaya a
ser…
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