martes, 28 de mayo de 2013

La corneja y el cuervo


Sentía una corneja celos contra los cuervos porque estos dan presagios a los hombres, prediciéndoles el futuro, y por esta razón los toman como testigos. Quiso la corneja poseer las mismas cualidades. Viendo pasar a unos viajeros se posó en un árbol, lanzándoles espantosos gritos. Al oír aquel estruendo, los viajeros retrocedieron espantados, excepto uno de ellos, que dijo a los demás:
- Eh, amigos, tranquilos; esa ave es solamente una corneja. Sus gritos no son de presagios.

Con esta fábula quiso Esopo transmitir que cuando vanidosamente y sin tener capacidades, se quiere rivalizar con los más preparados, no sólo no se les iguala, sino que además se queda en ridículo.

En estos días asistimos a un desigual pleito con las instalaciones del Marina Colón como telón de fondo. Quiere el Cabildo de Lanzarote, presidido por Pedro Sanginés (CC), que las instalaciones ubicadas en El Cable y dependientes de Puertos Canarios (Consejería de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial del Gobierno de Canarias) sigan siendo un supuesto Centro Insular de Deportes Náuticos y cuenta para ello con la simpatía del consejero, Domingo Berriel, también de Coalición Canaria.

Pero hete aquí que su plan se topa con el interés de unos emprendedores lanzaroteños cuya cabeza visible es César Miralles, joven en la órbita ideológica del Partido Popular pero que en esta ocasión defiende intereses empresariales puros y duros destinados a dar un uso polivalente al Marina Colón: náutico, deportivo, de ocio diurno y nocturno y restaurante de categoría en el lugar donde el Cabildo ha pensado guardar barquillos de Vela Latina.

La doble mirada sobre un mismo espacio. La del joven que está haciendo carrera más allá de la política (que apenas le roza) en prestigiosas entidades financieras de España y del extranjero, con altura de miras y cuyo sueño es echar raíces en su tierra, invirtiendo,  generando riqueza y puestos de trabajo y la de aquel otro que no ha hecho otra cosa desde mediados de los noventa que vivir cobijado en las instituciones públicas donde, se diría, planea jubilarse.

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