viernes, 24 de mayo de 2013

El mundo al revés


En unos momentos donde las inversiones escasean y cualquier iniciativa privada debiera ser recibida con honores, el Cabildo de Lanzarote se permite el lujo de rechazar, de entrada, a un grupo de inversores lanzaroteños dispuestos a recuperar la zona conocida como el Marina Colón, en El Cable.
Eso de entrada, porque de salida, el presidente Pedro Sanginés, que olvida muy a menudo la condición diplomática, al menos, que se le supone al cargo, ha vuelto a sacar, por enésima vez, su cara más marrullera y les ha llamado demagogos porque los empresarios han sugerido que el Cabildo podría ahorrarse la inversión que también pretende en el lugar y dedicar ese dinero a Asuntos Sociales, por ejemplo.
El caso es que una misma cosa, el Marina Colón, tiene dos pretendientes: el Cabildo y unos inversores privados. Sanginés, con vínculos evidentes con el mundo de la Vela Latina, dice haber pactado con Puertos de Canarias la concesión del lugar para que siga siendo el supuesto centro insular de deportes náuticos. Pero los empresarios, con un proyecto mucho más ambicioso, confirman que estarán vigilantes para que se dé igualdad de oportunidades a las partes que pretender su explotación. Vamos, que donde la diplomacia y la buena educación no llega, que al menos alcance el criterio de la Ley

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