La Asociación Cultural El Triángulo de Cuatro Lados, cuya
aportación al calendario cultural de la isla en los últimos años está fuera de
toda duda, ha decidido replantearse la que sería VI Edición del Festival
Musicae Candelaria, que con enorme éxito ha consumido ya cinco ediciones
utilizando como emblemática sede de sus conciertos el sobrecogedor, y pequeño,
auditorio de la Cueva de los Verdes. Se debaten entre no hacerlo o buscar otro
lugar para deleitar a los fieles de la música culta. La razón de la disyuntiva
se encuentra en la sordera voluntaria de la administración
Me explico. Para que el ciclo de conciertos sea posible, El
Triángulo ha contado con el mecenazgo de instituciones públicas y empresas
privadas. Nada extraordinario, en todo caso. Una de las organizaciones públicas
que venía prestando su apoyo son los Centros de Arte, Cultura y Turismo del
Cabildo de Lanzarote. Los Centros Turísticos de toda la vida y que tan
manoseados están de un tiempo a esta parte.
Bien pues a pesar de que desde El Triángulo se consultó a
los Centros, en junio y posteriormente algunas veces más, acerca de la
renovación del co-patrocinio, a día de hoy, casi cuatro meses después, no han
recibido respuesta. Ni sí, ni no. Silencio. Mutismo institucional. “Será que no
hay pasta”, pensaron en la Asociación, así que nueva carta reformulando la
oferta. Renuncian al apoyo económico y piden respaldo logístico: el uso de la
Cueva y la aportación del personal que se requiere para acomodar a los espectadores.
Otra vez silencio. Ni sí ni no. Callados como p….olíticos.
¿Qué cosa mejor que atender a los administrados tendrán que
hacer nuestros administradores? Naturalmente, no es un tópico, su principal
objetivo es procurar perpetuarse en el poder para seguir cobrando unos
sueldazos que en su vida hubiesen soñado de seguir dedicándose a lo que rayos
hiciere cada cual en su vida anterior. Pero aún siendo así algo de tiempo les
ha de sobrar para atender al “querido pueblo”. Bueno, pues no. Hala y que te
den.
Hay varios ejemplos así. Otras muestras del absoluto
desprecio del que hacen gala los gobernantes ante los ciudadanos. Se atribuyen
la capacidad de jugar con la agenda y el dinero de los demás demorando en el
tiempo, hasta lo exasperante, cualquier petición o consulta que se les haga. Y
no debería ser así. No deberíamos permitir que nos faltaran al respeto de un
modo tan descarado. A fin de cuentas el político no es un ser superior. En todo
caso es cada vez más inferior, más despreciable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario