jueves, 4 de junio de 2009

Con el paso cambiado


Puede llegar a entenderse por la inmensa conmoción que ha provocado la llamada “Operación Unión”, pero no debiera ser así. Los partidos políticos históricos, y los menos longevos, deben tener claro, y siempre a mano, su propio código ético. Sus estatutos, reglamento o llámese como sea al papel que deja clarito cómo actuar en casos como el que nos ocupa. Sin embargo da la sensación que, atónitos y medio aturdidos por el bofetón de la Justicia, los partidos no atinan a actuar como les indica el régimen interno, sino que hacen de la improvisación esa especie de pretendido callejón de huida de la atención que está prestando la opinión pública. Les ha pillado todo esto con el paso cambiado.
            Fíjense, sino, en el episodio que vive el Partido Socialista. La Guardia Civil detiene a dos concejales de su socio de Gobierno y la agenda la marca la Campaña Electoral y el debate de López Aguilar con Mayor Oreja. ¿El resultado? Todo el PIL de Arrecife a la calle. Es el PSOE el que señala con el dedo dónde está el problema. No en una o dos personas, ni siquiera en todo un partido, sino en un grupo concreto de un sitio determinado. Hilan fino.
            Transcurren los días y se sabe de la imputación de uno de los suyos, el consejero de Cultura del Cabildo, Rubén Placeres. El joven político, aparentemente sin que nadie le diga nada, deja el cargo y pide la baja del Partido. Todo el PSC le elogia. Su Secretario de Comunicación llega a decir que es un “buen socialista” y una “magnífica persona”. A esa hora hay insistentes rumores de que otro de los suyos ha pasado por el cuartelillo de la Guardia Civil. Y no es uno cualquiera. Nada menos que el alcalde de Arrecife, Enrique Pérez Parrilla. Un histórico. No tarda en confirmarse que está imputado, como Placeres.
            Nervios en el PSC. Olvidan dónde han metido los dichosos reglamentos internos y optan por el aserejé. La presidenta del Cabildo, Manuela Armas, no pide la dimisión de Pérez Parrilla sino la “des-dimisión” de Rubén Placeres. Estupor. ¿Y aquello del “buen socialista” y la “magnífica persona”? La siguiente medida es decretar el silencio, que visto lo visto no es poca cosa…si no fuere porque precisamente, por quedarse mudito, es por lo que acabaron echando al PIL de cualquier gobierno. 

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