martes, 30 de enero de 2007

¿Y Lanzarote?


Suelo leer los editoriales de “El Día”. No se preocupen:  los digiero fácilmente con un cafelito y  completando mi entretenimiento matinal tragándome  los del “Canarias 7”, “La Provincia”, “El País” y un par de ellos más. También me empapo de artículos de opinión de los más brillantes columnistas de la Canarias entera. Y de paso, ya que estoy, leo a Chaves. Debo reconocer que para un periférico como yo resulta hasta enternecedor comprobar los denodados esfuerzos de José Rodríguez por perpetuar en lo más alto del poder a Adán Martín y a Coalición Canaria y por inclinar a favor de Tenerife el histórico –histérico- pleito insular con Gran Canaria (ya sabrán que para él es, simplemente, “Canaria”). Su problema.

Hoy, sin embargo, el editorial de “El Día” me ha sido útil, ya ven. Se titula: “Este año Tenerife debe mostrar su fuerza”. Y en su interior, frases como la que sigue “…Los tinerfeños deben hacer piña para defender a su isla y a las de su provincia. Y también, por qué no, a Fuerteventura, la segunda en superficie de Canarias, y a Lanzarote, que sufren indirectamente los embates de su vecina, Canaria…”. Gracias, Don Pepito. Ya tenemos chicharreros que nos defiendan de los pérfidos canariones pero, fundamentalmente, de nosotros mismos. Porque, a qué negarlo, el principal enemigo de Lanzarote suele ser el propio lanzaroteño elegido, paradojas de la vida, para sacar esto adelante.

Históricamente el político insular ha sido más que dócil con su Jefe capitalino. No hablo ya de los parlamentarios a los que se les olvida, legislatura tras legislatura, que prometieron defender su isla y no su culo poltronero. Me refiero, yendo más al fondo, a los cornetas conejeros tocando el Silencio en lugar del Sorondongo. Fajardo, al calor de la Internacional, se envainó la Triple Paridad y dinamitó el partido. La Luzardo se cavó una trinchera bajo la gaviota y disparó a los suyos con balas de Soria. Y  la casa común del nacionalismo limita al norte, sur, este y oeste con  El Sauzal, provincia de Santa Cruz de Tenerife. Y así nos va.

O sea que leer eso de que este año Tenerife debe mostrar su fuerza, qué quieren que les diga, acojona. Ya me veo a los ocho que salgan en mayo levantando el dedo para que se construya un tren de alta velocidad entre Arona y Tegueste pasando por La Guancha. ¿Y Lanzarote? ¿Cuál ha de ser el año de Lanzarote? ¿Cuándo nos toca a nosotros? ¿Falta mucho para que demos el puñetazo encima de la mesa? ¿A quien le toca hacer de Don Pepito? Si me permiten, podemos empezar desde ya.

Es la hora de Lanzarote. La indudable joya del Archipiélago se va quedando cada vez más minimizada y arrinconada por los pepitómanos chicharreros y canariones,  ante la mirada embobada de los políticos insulares. ¡Despierten, carajo! Retomen el control de la isla y no pidan: exijan. Que la negociación del REF haya sido la última vez que nos bajamos los calzones periféricos. Lanzarote merece mucho más de lo que tiene. Se mire por donde se mire. Autoridad Portuaria propia, pero ya. Palacio de Congresos de inmediato y, por supuesto, que prestigie con su presencia. Hospital en el Sur, ¿por qué no?...Y así podríamos seguir. Lanzarote, despierta o te hunden. Con un par.

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