jueves, 4 de enero de 2007

Festival de Música de Grancarife

En realidad su nombre es Festival de Música de Canarias. Pero esto ya no se lo cree nadie, vamos. Cumple su 23 edición para deleite y gloria de canariones y chicharreros, mayormente. Porque, huelga explicarlo, serán las islas de Gran Canaria y Tenerife las que se lleven la mayor (y mejor) parte del pastel. Veintidós fechas reservadas en cada una de las dos islas (exquisito equilibrio hasta en eso, ¡hay que ver!) por cinco de Lanzarote cuyo Cabildo, que parece no cansarse nunca de hacer el ridículo, nos vende con gran alborozo que esta isla abandonada del Gobierno y huérfana de dirigentes capaces acogerá cinco conciertos (María Orán con Chiky Martín, el Cuarteto Kuss, la Philarmonia Quartett de Berlín, el pianista Sergio Alonso y la Stuttgart Chamber Orchestra).
            Veamos. Para empezar en la página oficial del Festival supuestamente de Canarias aparece la programación de Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife y “otros escenarios” que deben ser el resto de las islas (y efectivamente lo son). Piquen aquí para que vean: http://www.festivaldecanarias.com/festival_2007/es/bienvenida.php. Primera patada en la dignidad de Lanzarote –en el supuesto de que aquí tuviéramos defensores de esa dignidad-. La segunda coz del Gobierno es el programa en sí. Cinco a veintidós. Triple paridad, debe llamarse eso.
            Bien por los que vienen, claro. Pero, ¿Sabían ustedes que este Festival de Canarias tiene otros nombres propios que no veremos –ni oiremos- salvo que nos acojamos a la machangada aquella de los “días C” y nos vayamos a Las Palmas o Santa Cruz? Tomen nota: La Sinfónica de Tenerife, la Filarmónica de Gran Canaria, la Filarmónica de Helsinki, la Sinfónica de Colonia, la Filarmónica de Berlín el Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana o el Orfeón Donostiarra, sólo por citar algunos. ¿Qué les parece?

            Es verdad que tampoco estamos para echar voladores. Nuestras infraestructuras culturales (por llamarlas de algún modo) se limitan al reducido Auditorio de la Cueva de los Verdes, dos o tres terreros de lucha, el Teatro de San Bartolomé y el Salón “Timanfaya” del hotel de turno. Que son sitios buenos para unas cosas pero no para todas. En esas estamos. Lanzarote, Reserva de Biosfera. Isla mítica, nos dijeron antes. Tercera potencia económica de la tercera potencia económica de la cosa turística de España entera. Y estos harapos vestimos. Patético. ¿Hasta cuando los dóciles, amaestrados y aborregados seguirán comprando vaselina?

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