Que Mario Pérez, presidente de Coalición Canaria en
Lanzarote, es alguien que encaja mal, muy mal, las críticas es algo ya sabido.
Que no soporta que nadie dude de su exquisita honestidad y honradez, también lo
conocemos. Ya lo dejé escrito un día: ni una mancha en el traje (gris), ni una
miga en el bigote. Sin embargo, esta especie de paranoia le lleva, en
ocasiones, a cometer algún que otro desliz. Ya en la forma (llegó a sacar un
comunicado de réplica a una rueda de Prensa de Alternativa antes incluso de que
la opinión pública conociera el contenido de esa rueda de prensa), ya en el
fondo. Y a ese fondo voy.
Asistimos estos días a una serie de reuniones de la Comisión de Investigación
que trata de depurar las responsabilidades políticas, si las hubiera, sobre el
famoso contrato cuyo supuesto incumplimiento derivó en el laudo condenatorio
contra Inalsa. Me ahorro los detalles puesto que la historia es de todos
conocida. Bien, pues de las cuatro o cinco reuniones que lleva celebradas la Comisión de Investigación,
el Cabildo no ha notificado a la prensa ni una sola. O acaso la sesión
constituyente y gracias. Apagón informativo que ha llegado a su punto de máxima
expresión en la reunión de este lunes: prohibida la entrada a la prensa.
Directamente.
La presidenta de la Comisión de Investigación, Angeles García
(Secretaria General de Coalición Canaria en Lanzarote), negó el acceso de los
periodistas a una sesión en la que se iban a visionar las comparecencias de
Mario Pérez ante la Cámara
de Comercio de Las Palmas. Mario Pérez acudió varias veces a someterse a largas
sesiones interrogatorias en presencia de los equipos jurídicos de Inalsa, la UTE y el árbitro que acabó
dictando el laudo. Como parece normal, por otra parte. ¿A qué obedece, por
tanto, que se nos tratara de evitar la imagen del impecable Pérez sometido a un
dilatado cuestionario? ¿Qué de secreto tiene ver al Consejero Delegado de
Inalsa (empresa pública) dar explicaciones acerca de un asunto que a punto ha
estado de
A Mario Pérez se le ha acusado de no mover ni el meñique
para evitar que a Inalsa le cayera la enorme losa a modo de laudo condenatorio
por aquel estropicio de contrato que firmó Pérez Parrilla en 2001. Se hizo el
nuevo cuando, en su fiesta de presentación, el semanario Lanzarote Noticias
adelantó la primicia.
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