Perdonen que lo pregunte, pero ¿Y ahora qué?. Una vez que
los socialistas han firmado la ruptura que existía en el Cabildo desde hacía
meses dejando al Gobierno –es un decir-
en minoría, se impone ese interrogante. ¿Y ahora? Teóricamente nuestros
representantes públicos han de hacer un ejercicio de lo que menos tienen:
responsabilidad. Y llevar la nave (o el camarote de los Hermanos Marx) hasta el
puerto de mayo. Gobernar en minoría supone hacerlo con humildad y verbo. Hay
que negociar, pero en serio, todas aquellas cuestiones que quieran aprobarse.
Ejercer la oposición, en tales circunstancias, invita a la
generosidad y a la verdad. Y así seis meses. Medio año. La octava parte de una
legislatura. Tiempo en la historia de Lanzarote que no podemos permitirnos el
lujo de botar como hemos hecho –como han hecho- con buena parte de esta
disparatada legislatura.
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