Todo huele ya a Navidad. El malpaís es muérdago, los
volcanes escupen nieve, el reguetón se vuelve villancico y Papa Noel empieza a
dar el coñazo. He leído por ahí que cada españolito que vino al mundo
apoquinará unos ochocientos euros por no salirse del guión establecido en estas
entrañables fiestas. Ciento treinta mil pelas en langostinos, turrón, vino y
voladores. Pero no todos las disfrutarán por igual, claro. Los habrá que ni
huelan el jamón y otros a los que les sobrará para meterse cuatro rayas de más.
Como siempre, vamos. Este año, fíjense, los Reyes se han adelantado y ya
vinieron. De regalo: el centro de Salud de Titerroy y eurillos para las tiendas
de ropa más selecta y para las peluquerías más de moda. Ahora sólo falta Santa
Claus, que creo que vendrá el día 15, que será viernes.
Tal jornada
ha sido elegida este año para el tradicional almuerzo navideño que ofrece el
presidente del Gobierno de Canarias a todos los directores de los medios de
comunicación del Archipiélago entero. Y esta vez, algo sin precedentes, el
ágape tendrá lugar en Lanzarote. Ni Gran Canaria ni Tenerife: Lanzarote. Mario
Pérez ya tiene algo que arrayarse. A ver qué nos trae el Papá Noel del chicha
este año. En el almuerzo de las navidades pasadas –al que asistí en estricto
cumplimiento de mis obligaciones profesionales- el primero de todos los
canarios nos obsequió con un nada desdeñable pedrusco en forma de eje
Transinsular. Menudo es Adán Martín pronunciando discursos. Para recibir la
soflama presidencial nos tuvimos que perder allá abajo en el valle de un
lluvioso Agaete con el Dedo recién amputado.
Lo recuerdo
como si fuera hoy mismo: veo la blanca carpa con sus redondas mesas y plasmas
por los cuatro puntos cardinales. Del menú no me acuerdo demasiado pero de la
arenga, a este pobre desmemoriado no se le olvida ni una coma. ¡Dios, qué
fatiga! Será porque para el condumio tengo un buen digerir, pero aguanto menos
los bla blás con teledirigida intención. Me tocó en la mesa que presidía el
consejero conejero. Salí ganando pues nada descubro si digo que Manuel Fajardo
(Feo) es una más que agradable compañía.
La
insistencia con la que Adán viene a Lanzarote responde, como es obvio, a un
objetivo concreto: restregarnos en las narices, desde Coalición Canaria, lo
mucho que ha venido el Presidente y que nunca hubo alguno antes en la historia
de esta Comunidad, que más se rozara por la Canarias periférica o estratosférica, ya no sé
muy bien qué somos. Cosas de Pepe Torres, el alcalde de Haría y amigo personal
del Jefe de Ejecutivo, que ve cosas que otros no ven. Y le basta con un modesto
despacho en la punta norte para manejar buena parte de los hilos que se mueven
en la Coalición
insular, en serio peligro de quedarse sólo con ese ayuntamiento y el de Suso,
en Tinajo.
De ahí que
Adán venga de Romería, que Adán esté junto a Leonardo, (el candidato de Yaiza),
que Adán esté por San Juan, por San Ginés y por San lo que sea, que Adán, en
definitiva, haga el trabajo de los estrategas que debe tener CC (aunque apenas
se noten) y eche el resto para que Lanzarote resista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario