Hemos asistido esta semana a una
serie de despropósitos encadenados por la consejera de Juventud y Deportes del
Cabildo de Lanzarote. Francisca Toledo, del Partido socialista. Le dijo primero
al periodista que no habría campamentos de verano en La Santa porque el material lo
rompió el Delta y ya no hay tiempo de sacar a concurso otro nuevo y que había
problemas con el dueño de los terrenos. Ante la inconsistencia de estos
argumentos y el aluvión, lógico, de críticas que le llovieron, la consejera
aumenta el catálogo de excusas para mantenerse en sus trece: el lago de La Santa es insalubre, cada vez
se apuntan menos niños y los ayuntamientos también hacen actividades. Más
críticas. Le visita horas después otro periodista y, por fin, admite que habrá
campamentos. Todavía no sabe dónde y los limita a sólo un mes.
Vamos a añadirle a todo esto que,
primero, le echa el muerto a la presidenta del Cabildo, Inés Rojas, que en su
etapa al frente de estos mismos departamentos a principio de legislatura, nos
inundó de declaraciones y trató de contagiarnos su aparentemente cándida
sonrisa diciendo que el Albergue de La
Santa se ha recuperado, que está terminado e incluso se llegó
a inaugurar y todo. Toledo desvela ahora que no está adaptado para minusválidos….¡y
que no tiene todavía el permiso para la instalación del gas! Con lo cual no
funciona la cocina. Perfecto. Pero hay más: la culpa de que no se hayan
comprado las casetas para la acampada es de su compañero de partido Miguel
González ya que esa competencia es de Cultura. Supongo que en el PSOE ya le
habrán dicho algo, claro. El caso es que hay que buscar algún lugar para
acampar, que tenga playita para las actividades acuáticas y un catering que
sirva a los chinijos, como también ella ha manifestado. Qué pena que el Vinagre
Balsámico de Malvasía con Denominación de Origen todavía no esté listo porque
así podríamos contribuir a rebajar el precio de las ensaladas del catering.
Dejando al margen este lamentable
episodio y hablando en términos generales. Porque ya no aguanto más. ¿Los
partidos no podrían fijarse un poco más cuando elaboran las listas? Con mis
respetos porque todo el mundo tiene derecho a participar en la cosa pública.
¿Qué prima más? ¿La preparación?¿La cultura del individuo/a?¿El número de gente
que conoce y que vota por él/ella? ¿Las cuotas territoriales de las “familias”
en los partidos?
¿Una lista electoral qué es? ¿Una reunión de colegas de instituto al
“vamos a jugar a la política”? o
¿Aspirantes a gobernar una isla y, por tanto, gente capaz? Hagan el favor de no
volver a tomarnos el pelo nunca más. En 2007 hay elecciones. Tienen una
magnífica oportunidad para tomarse en serio todo esto. Se valora la buena
voluntad. Pero me temo que no basta con eso.
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