Pongamos que sea cierto que el
actual alcalde de Arrecife, Manuel Fajardo Feo, no se quiera pillar los dedos
en la tapa del piano urbanístico de la ciudad. Y demos por hecho que le
interesa agilizar la ordenación del territorio municipal, empantanada desde el
siglo pasado. Y contemplemos, ahora, cómo el Plan General de Arrecife está
siendo redactado por un ente externo a la isla (Gesplán) y sin que se esté
generando debate alguno en torno a él. El propio alcalde ha reconocido no tener
ni idea de cómo van las cosas y de por qué tanto retraso. Tiene que preguntar
en Tenerife o por ahí.
Urge que los temas urbanísticos
de Lanzarote en general, y de Arrecife en particular, se tomen con la seriedad
que requieren. Pase que el concejal de turno no tenga ni idea de Urbanismo
(pese a tener delegadas las competencias) pero ya es menos entendible que cada
decisión que adopte la consulte con agentes externos al consistorio en lugar de
apoyarse en personal de su Oficina Técnica. Y dirá usted: ¿pero esa no es la
oficina que tarda siglos en responder, se contradice a sí misma en no pocas
ocasiones y ha sido sospechosa habitual en operaciones anticorrupción? Pues
oiga, sí. Pero eso tiene solución.
Para ello, primero habrá de
tomarse en serio a la política en sí. No colocar tanto asesor desocupado y más
emplear los recursos públicos en bien dotar aquellos departamentos de verdadera
trascendencia. Sentar las bases de una Gerencia de Urbanismo profesional e
independiente. Dotada de un equipo de arquitectos y abogados con tarea delegada
mediante un concurso público, lejos del tradicional mandato digital y alejada,
por tanto, de los vaivenes políticos.
De este modo el actual alcalde de
Arrecife (y todos los que vengan detrás) no deberán temer no ya el pillarse los
dedos con la tapa del piano, sino que les caiga encima todo el piano en sí.
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