La dirección política y el consejero delegado de los Centros
Turísticos hablaron ayer por primera vez tras la convocatoria de huelga
indefinida por parte del Comité de Empresa. Y lo hicieron en unos términos a
caballo entra la preocupación y la indignación.
Preocupados porque, en efecto, una huelga en los Centros
turísticos no parece lo mejor que le pueda pasar ni a la empresa ni a la isla
en estos momentos de herida profunda en la economía global y de levísimos
síntomas de mejora en la gestión de los Centros.
Y de indignación porque consideran estar siendo víctimas de
un radical modo de entender el sindicalismo por parte de los trabajadores que
ubican en la Intersindical
Canaria , prácticamente en exclusiva. Sostienen los dirigentes
que no se dan motivos para ningún tipo de huelga por cuanto el proceso
negociador no ha culminado y porque, en todo caso, la fecha del 7 de octubre
marcada inicialmente no es la de un punto y final y la imposición de ningún
otro convenio colectivo, como el provincial de hostelería, sino un punto de
retorno a la mesa negociadora.
Es obligado que las dos partes vuelvan a sentarse.
Fundamentalmente que los trabajadores desistan de esa postura de pulso extremo
que constituye toda huelga y se vuelva a intentar la vía del diálogo.
Lanzarote, en efecto, se juega mucho.
Comentario de portada en el Informativo Matinal de Biosfera Radio
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