jueves, 9 de mayo de 2013

Un par de dos


Puede que a mucha gente le haya pasado desapercibido, pero si nos fijamos bien el actual presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés y el Ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, tienen algo en común. Quiero decir: algo más que ese punto petulante y postinero, que allá cada cual con sus andares. Los dos, Sanginés y Soria, defienden a muerte la camiseta de las empresas privadas que en algún momento de su trayectoria reciente se han cruzado por la senda de su gestión.
De Soria sabíamos que lleva el logotipo de Repsol grabado en su conciencia. Desde hace meses le escuchamos defender los parabienes de la empresa y de su actividad hasta el punto de que ha hablado más él que ningún otro portavoz de la petrolera. Con esto de los recortes puede que hasta hayan despedido al director de Comunicación, que con Soria tienen de sobra y encima lo pagamos entre todos.
Y es ahora cuando descubrimos que Pedro Sanginés se pirra por capitanear la defensa del Canal de Isabel II, la empresa madrileña (multinacional, me corregiría) privada (pública me volvería a matizar) a la que él y sus colegas de partido, con la inestimable colaboración del PSOE, han decidido entregar la gestión pública del agua en Lanzarote y La Graciosa.
Dejando al margen el neosurrealismo político que supone tratar de vender como un éxito la liquidación de un monopolio público, Sanginés se ha enfundado de último la camiseta del Canal de Isabel II y se emplea a fondo en la tarea de mantener a cero la portería de la reputación empresarial de los madrileños. En esa tarea y en la de lanzarse con el cuchillo entre los dientes contra los que dudan.
Cuestión de sensibilidades. Cuando a todos nos duele perder el carácter público de la gestión del agua, a él le lacera que se ponga en cuestión el proceso privatizador.

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