Cuando uno se acostumbra al chinochano, que decimos donde
nací, o a ir al golpito, expresión propia de donde quiero morir, a la que se te
presentan más de dos cosas seguidas, surge el atoramiento. Bloqueado. Así se me
anuncia marzo. ¿Qué hago? ¿A dónde voy? ¿Qué elijo? El día 2 puedo ver a
Clownic en el Recinto Ferial o a 12Twelve en El Almacén. El 3 repetir con los
clones de El Tricicle o darme un salto al Atlántida a gozarme a Losotroh. El 9,
carambola a tres bandas: tengo a Comediants en Arrecife, a Lunar Project
también en el Puerto y en Tías, Teatro. El 15 me viene Antonia San Juan a la
que también puedo ir a ver el 16 si es que no he elegido, para ese día,
patearme las rúas de la
Capital donde habrá teatro por las calles. El 17 y el 18 lo
mismo: perfomance callejero en el Muerto, perdón, en el Puerto.
El día 22 puedo elegir entre un clásico (Cyrano) en Arrecife
o algo de Sartre en Tías. El 23 tengo cita con Alex Torío y el 24, 25, 26, 27 y
28, por este orden: Magios, Arco, Danza, Danza (otra vez) y Losotroh, y Fito y
los Fitipaldi antes de que marzo se despida con dos actuaciones de Sara Baras.
En medio de todo esto, ciclo de Cine en El Almacén y las carteleras permanentes
de la isla, claro.
Semejante agenda, y más que se improvisará, en Marzo.
Atascado. Temo llegar al día de la
Victoria cautivo y desarmado por tanto derroche cultural. Por
cierto, que el 1 de abril, en Inglaterra, se celebra el llamado April’s fool
day, el día de los tontos, en el que es tradición gastar bromas. Temo que acabo de
dar alguna idea para que el edil de turno ice la bandera de la
Union Jack en cualquier rotonda y se pague
unas birras a los hijos de la Gran Bretaña
(que unos votillos, son unos votillos. Off course).
Y yo con estos pelos. Menos mal que el aluvión de teatro,
danza, cine, música y tal, es una vez cada cuatro años. Porque esto no hay
cerebro que lo asimile ni cuerpo que lo resista. Culto sí, pero libre de ansiolíticos
y con los pies frescos y el culo sin callos. Les voy dejando que tengo cásting
de secretarios personales para que me vayan poniendo la agenda en orden y me
avisen, aunque sea un par de horas antes, a dónde puedo ir cada noche. Ya les
contaré. Si sobrevivo a marzo.
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