Dice el refrán que a falta de pan, buenas son tortas. Así
que con Zapatero siendo feliz en La
Mareta , a los periodistas nos ha tocado desayunar con el
Secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda. Flanqueado por la subdelegada
del Gobierno de Canarias, Carolina Darias y el Director Insular de la Administración
General del Estado, Marcial Martín y escoltado por bandejas
de cruasanes, mini napolitanas de chocolate, algunos panes con y sin sésamo,
embutidos varios, zumo de naranja, agua y café aguachirri. Este cronista llegó
media hora tarde a la cita. Muy mal hecho. Sin embargo, sólo quedó fuera del
bloc de notas una simpática alocución al “efecto Lanzarote”, según el cual
quien veranea en la isla estará huérfano de los catarros invernales que pululan
por la península. O sea que Zapatero se ha ahorrado tanto en clínex como en alquiler de su lugar de
vacaciones.
Moraleda, que desmintió ser vigilante de la playa cuando un
periodista le cuestionó sobre a qué dedica el tiempo libre ZP, sí confirmó que
las aguas del Atlántico se abrieron para recibir el primer chapuzón veraniego
del alto mandatario que, por lo demás, descansó lo que pudo en su primera
jornada completa en la isla y sólo al caer el sol, a eso de las ocho de la tarde,
se calzó las deportivas para pasear con Sonsoles, su mujer. Dijo Moraleda que
Zapatero es feliz. Y más que lo será mañana, que es el día de su cumple. Le
caerán 46. Insultantemente joven.
Un cocinero cabreado
Zapatero ha llegado a Lanzarote con el mínimo personal
imprescindible al que obliga su seguridad y bienestar, según el protocolo de
Estado que se sigue en los desplazamientos presidenciales. En el complejo de La Mareta , además de la
familia Rodríguez-Espinosa, se alojan cinco miembros de su seguridad personal,
un médico, un ATS y un cocinero. Uno. No quince. Y además cabreado. No con el
mundo sino con quien ha divulgado maliciosamente que a ZP le acompañan 15
“tres-estrellas-michelín”. Un Moraleda socarrón dijo a los periodistas que 15
cocineros no caben en ninguna cocina. Por cierto, que el presidente francés,
Jacques Chirac, no probará el gazpacho del cocinero ya que no se le espera por La Mareta. Otro rumor desmentido
en el desayuno institucional. Zapatero, de hecho, no espera más visita que la
ya cantada del Ministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar, que estará en
Lanzarote este domingo.
Habrá foto en
Timanfaya
En la calle Génova de Madrid, a dos mil kilómetros de aquí,
los ideólogos del portavoz de guardia del PP tendrán que hilar fino para
encontrar el chiste, también de guardia, cuando vean la foto de José Luis
Rodríguez Zapatero y familia en el Parque Nacional de Timanfaya, entre las
aulagas ardiendo, los géiser asustando o la parrilla al calor del volcán. O en
el echadero de camellos si acaso osa subirse al petudo animal para notar los
vaivenes de las vacaciones conejeras. No se sabe el día, pero será antes del 25
de agosto ya que esa jornada el Presidente estará en la Capital al frente de su
Consejo de Ministros. Dijo el guardián de los cruasanes de Estado, digo de los
secretos de Estado, que la foto en la
Joya de la
Corona insular, es a petición de la presidenta Rojas quien
así se lo transmitió en la audiencia privada de este martes.
Y dos huevos duros
Que no los hubo en el desayuno, por cierto. El Secretario de Estado de
Comunicación avanzó dos cuestiones que el Presidente se ha traído entre su
equipaje: mejoras en el Centro de Internamiento de Inmigrantes de Fuerteventura
(del de Lanzarote nada dijo) y la adquisición de un helicóptero PUMA que
reforzará el servicio de lucha contra el fuego existente en el Archipiélago.
Con esto, varios bizcochos y mucho off the record, nos dimos por desayunados.
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