Debo confesar que me siento como pez en el agua en este mundo 2.0 en el que me he instalado ya en mi madurez. No soy un tipo en exceso curioso, pero sí me gusta estar medianamente informado y, en la medida de lo posible, ser capaz de dar respuestas a las no pocas preguntas que plantean mis dos hijas todavía en edad escolar. Así fue que pasé de utilizar el ordenador sólo como herramienta de trabajo, a sumergirme en redes y blogs. Y en esa travesía me fui aficionando a dejar alguna que otra huella.


Luego hubo un par de intentonas que no acabaron de cuajar (fiestasdelanzarote.com y testigosdeaccidentes.com), la primera con el doble objetivo de servir de guía de los saraos insulares y, a posteriori, de álbum fotográfico de las tardes y noches jaraneras, y el segundo con la finalidad de crear una red de gente en busca de algún testigo que le pudiera resolver un pequeño, mediano o gran incidente. La primera web nunca llegó a estar operativa y en la segunda quizá me pudo la impaciencia o es que realmente era inútil total. Pero lo cierto es que, en un año que estuvo activa, no tenía demasiada utilidad. Posteriormente, ya con las redes sociales (Facebook, Twitter y tal...) en pleno apogeo su presencia era, y es, un tanto absurda.
Pasado un tiempo me lié con recetasdecanarias.com. La idea surgió aprovechando que me gusta cocinar y que en casa me encargo de ello, y para tratar de reunir en un sitio web las muchas recetas canarias con las que me he ido tropezando en libros diversos. El caso es que me hago con una receta, la cocino y nos la comemos en casa después de hacerle la pertinente foto para subirla a la página web. RecetasDeCanarias está incompleta por cuanto todavía no he cocinado todo lo que allí se plasma y porque, evidentemente, la cocina canaria abarca muchísimo más de lo que allí se cita. Pero de vez en cuando me doy una vuelta y añado algo.

Por cierto, lo de los vídeos no tiene relación alguna con mi profesión. Estar rodeado de cámaras todo el día no influyó para empezar a grabar recetas. En realidad fue mi hija pequeña la que me "animó" a hacerlo con el angelical argumento de que así, cuando me muera, podrán seguir haciendo mis comidas. Pues que así sea.
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