lunes, 13 de julio de 2015

Jonatan, Lanzarote y el baloncesto

Jonatan, cuarto por la derecha, en la presentación del Europeo Femenino U20, celebrado en la isla. (FOTO: lavozdelanzarote.com)

Probablemente el baloncesto en Lanzarote esté viviendo la etapa más fecunda de su historia. De los últimos treinta años, hasta donde alcanza mi memoria profesional, seguro. Nunca en este tiempo ha habido tal cantidad de fichas federativas ni han coincidido tantos eventos de nivel. 
Lo primero es producto del esfuerzo de hormiguita de no pocas personas, hombres y mujeres, que no dudan en ceder parte de su tiempo para que el piberío insular corretee cancha arriba, cancha abajo, ora atacando, ora defendiendo. Para ellos mi primer reconocimiento porque, paradojas de la vida, su abnegada dedicación coexiste en el tiempo con el solar que debe haber en el lugar que correspondería ocupar a la Delegación en Lanzarote de la Federación Canaria de Baloncesto.

 
En lo segundo, permitan que personalice un tanto más, tiene mucho que ver un hombre llamado Jonatan Castellano Guerra, un aruquense treintañero, trabajador del Departamento de Cultura y Festejos del Ayuntamiento de Teguise y apasionado (y poco es) del deporte de la canasta en el que atesora valiosos contactos directivos.
Puesto todo esto en una coctelera: su pasión por el básket, los contactos y el ayuntamiento de Teguise, ha salido de ahí un reguero de eventos que han ido desde lo que ahora nos parecen modestos torneos interclubes a nivel Canarias hasta el recientísimo Europeo de Selecciones Femeninas sub20 pasando por campeonatos de Canarias y España de base o torneos internacionales con selecciones tan poco frecuentes en nuestras canchas como Estados Unidos, Canadá o Australia.
Y yo, que en su momento aticé a Jonatan por su peculiar y, a mi juicio, poco ejemplar manera de gestionar desde los banquillos a los equipos que entrenaba, creo de justicia reconocerle los méritos que le tocan, que no son pocos, por haber puesto el nombre de Lanzarote en el mapa del baloncesto nacional e internacional.
Jonatan, como todos, yo el primero, tiene sus defectos y virtudes. Y, naturalmente, cualquiera elige de sus semejantes aquello que más le agrada. Así que yo, de este entusiasta del baloncesto, me quedo con su inmensa capacidad de trabajo en pos del objetivo que persigue y que coincide con hacernos disfrutar, en Teguise en particular y Lanzarote en general, de eventos poco imaginables antes de que él apareciera por estos lares.
A los que desde los despachos creen en él, a la legión de voluntarios y voluntarias que le aguantan, pero especialmente a tí, Jonatan, mi mayor enhorabuena por tu minucioso trabajo y mi modesto agradecimiento, como habitante de esta tierra, por poner a Teguise y a Lanzarote en las agendas del baloncesto mundial.

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